Hay un prado en Pontejos, pueblo de la bahía de Santander, donde invierno tras invierno acude un gran bando de alcaravanes. En la temporada 2013-2014 hemos podido contar con ni más ni menos que 143 ejemplares de estas fascinantes aves... una cantidad más que respetable, y aún mas en la costa.
Pero, por alguna razón que desconozco, estos alcaravanes son los grandes olvidados de la bahía; los ornitólogos de la región se acercan poco a verlos, y muchos ni siquiera saben de su existencia. Así que hoy les dedicaré una entrada.
Fieles a su cita invernal en la bahía, estas peculiares aves llegan en diciembre y se instalan en el ya mencionado prado situado junto a la ría de Tijero, donde permanecen hasta mediados de marzo, momento en el que parten de nuevo hacia sus respectivas zonas de cría en las estepas del interior peninsular.
Alcaraván común
Hace años eran dos bandos más modestos los que podían encontrarse en la bahía, uno aquí en Pontejos y otro en Parayas, hasta que un buen día el segundo se anexionó al primero, lo que dio lugar a la espectacular congregación de alcaravanes que conocemos hoy en día.
Alcaravanes comunes
Mientras les siga yendo igual de bien como les ha ido hasta ahora, podremos seguir disfrutando de su presencia en Pontejos durante muchos más inviernos.
¡Que así sea! Y suerte a todos ellos con la labor reproductiva esta primavera.
Alcaravanes comunes
Mira que me resulta raro que la gente se olvide de una congregación de esa ave tan, tan especial. Sobre todo porque allí no las disfrutaréis durante todo el año.
ResponderEliminarTú a seguir con ello, a mostrarnos buenas fotografías y a contarlos, y espero que cada vez más individuos.
A demás de sólo en invierno, en Cantabria se ven poquísimos y normalmente individuos aislados, así que este pedazo de bando es absolutamente excepcional.
EliminarY caa año crece mas; el año pasado mismo eran 110 ejemplares, y hace unos pocos años tan sólo rondaban los 60... Como sigan así no va a haber prado para todos jaja.
Saludos
Pues qué raro que no les hagan mucho caso, con lo chulos que están (me encantan sus reclamos por la noche en el olivar).
ResponderEliminarDe hecho, sólo sé de su existencia por ti.
¡Saludos!
Pues si que es raro, pero como nadie les da publicidad...
EliminarA partir de ahora van a empezar a dejarse ver con más frecuencia en este blog jeje.
Saludos
¡Qué bárbaro! No tenía ni idea de concentraciones tan grandes, menos en el Norte peninsular.
ResponderEliminarYo éste es el único caso del que tengo constancia en la costa norte...
EliminarSaludos
Interesante , no sabia que se concentraban tantos en la costa .Con lo difíciles que son de ver .
ResponderEliminarUn saludo
Es muy curioso, y a la vez un privilegio tener tantos y tan a mano.
EliminarSaludos
El año que viene intento ir a fotografiarlos, es una buena oportunidad, con lo difícil que es de verlos. Ya te mando un mensaje para ver si me puedes decir donde. Si quieres algo de los madriles sólo tienes q decirlo.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Muy bien, en cuanto pueda mirar el correo te mando la localización exacta en el mapa.
EliminarSaludos
Hola Alberto. Impresionante ver tantos juntos. No sabía que se concentraban tantos en la costa, por aquí se ven con dificultad. Un saludo y enhorabuena.
ResponderEliminarDesde luego éste es un caso excepcional, y aún más tratándose de la costa.
EliminarSaludos
Desde luego menuda joya pajaril, tener la posibilidad de ver un grupo tan numeroso.
ResponderEliminarSaludos camperos!
Es un pasote verlos volar todos juntos, luciendo esas alas blancas y emitiendo sus característicos gritos cuando despegan...
EliminarSaludos