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domingo, 2 de junio de 2019

Pajareo marroquí (IV/IV): de la alta montaña a los humedales costeros

Cuarta y última entrega de la crónica del viaje a Marruecos de este 2019. Abandonamos Marrakech de madrugada dirección a la estación de esquí de Oukaïmeden, en plena cordillera del Alto Atlas y Parque Nacional del Tubkal.

Oukaïmeden

Partiendo de una altitud de 2600msnm os podréis imaginar que las protagonistas serían las aves alpinas... Y aunque éstas estrictamente eran dos especies, también podemos incluir a otros pájaros "todoterreno" como la collalba de Seebohm, la perdiz moruna, el colirrojo diademado e incluso el único colirrojo tizón de todo el viaje. El roquero rojo y la collalba negra fueron otros extras.

Oukaïmeden

Collalbas de Seebohm (Oenanthe seebohmi), machos

La vista se nos iba al cielo con frecuencia esperando distinguir la silueta de algún quebrantahuesos, pero a parte de los ruidosos bandos de ambas especies de chovas sólo se dejaron ver busardos moros, un cernícalo y águilas calzadas.

Oukaïmeden

Busardo moro (Buteo rufinus cirtensis)

Pero demos paso a los dos objetivos estrictamente alpinos a los que hacía referencia antes, que no son otros que el camachuelo alirrojo y la alondra cornuda del Atlas. Los números fueron muy bajos (6 ejemplares para cada especie) pero la calidad de las observaciones rozó lo excelente.

Camachuelos alirrojos (Rhodopechys alienus)

Alondra cornuda del Atlas (Eremophila alpestris atlas)

El calor de aquel día no sólo animó a salir a los agobiantes vendedores de fósiles que literalmente nos acosaron a lo largo de toda la jornada. También hizo que los reptiles estuviesen especialmente animados, deleitándonos con las lagartijas andaluzas (Podarcis vaucheri) además de con la endémica lagartija del Tubkal y el carismático gecko diurno del Atlas. ¡Poco más se le podía pedir ya al día!

Poblado del Atlas...

Lagartija del Tubkal (Atlantolacerta andreanskyi)

Gecko diurno del Atlas (Quedenfeldtia trachyblepharus)


Cortejo de Geckos diurnos del Atlas (Quedenfeldtia trachyblepharus) - VÍDEO

Nos pegamos la última gran paliza de coche del viaje conduciendo hasta Temara, cerca ya de Rabat, donde pasamos las dos noches siguientes en unos apartamentos bastante buenos. El día siguiente sería muy tranquilo y tan sólo pajarearíamos por los alrededores, de modo que sin madrugar mucho nos fuimos a dar una vuelta por los alcornocales próximos al Royal Golf de Dar Essalam.


Alcornocal...

Este alcornocal resultó ser una alternativa al Bosque de la Mamora (que visité el año pasado) bastante más gratificante. No en vano aquí finalmente logramos detectar al pito de Levaillant, además de pico picapinos de la subespecie mauritanus, perdiz moruna y un grupillo de jóvenes piquituertos que según el revisor local de eBird debe ser una especie muy rara por esta región del país.
Tampoco faltaron alcotán europeo, bandos de moritos sobrevolando la zona y los omnipresentes pinzones y herrerillos africanos como más destacable.

Pico picapinos (Dendrocopos major mauritanus)

Piquituerto común (Loxia curvirostra poliogyna), joven

Otros clásicos de estos alcornocales costeros son la tortuga mora y la lagartija colirroja lineomaculatus. Dos grandes opuestos en cuanto a velocidad se refiere.

Tortuga mora (Testudo graeca)

Lagartija colirroja (Acanthodactylus lineomaculatus)

Se acercaba la tarde y con ello el momento de probar suerte con uno de los grandes tesoros ornitológicos del país: el búho moro. Debido a la desagradable experiencia del año pasado en la Merja Zerga opté por intentarlo esta vez en el otro reducto de la especie en Marruecos, es decir, el Sidi Boughaba (en Kenitra).

Sidi Boughaba

¡Y vaya si mereció la pena! Ya sólo por la variedad de aves acuáticas lo hizo, nada que ver con la castigada y decepcionante Merja Zerga. Flamencos, fochas morunas, más de un centenar de patos colorados y el resto de especies de las fotografías hicieron de esta jornada una de las mejores que he vivido jamás en una laguna. La única pega fue la excesiva masificación de personas del lugar.

Morito común (Plegadis falcinellus)

Fochas morunas (Fulica cristata)

Porrón pardo (Aythya nyroca), macho

Patos colorados (Netta rufina)

Cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris)

Malvasías cabeciblancas (Oxyura leucocephala)

Sidi Boughaba

Calamón común (Porphyrio porphyrio)

Charrancito común (Sternula albifrons)

Mantuvimos posiciones en el "puente" hasta que se hizo completamente de noche, apurando hasta el último momento con la esperanza de que el búho moro emergiese de entre el cañaveral. Sin embargo ésto no sucedió, pero tampoco nos quitó el buen sabor de boca de lo vivido aquella tarde. Al fin y al cabo todavía nos quedaba otra oportunidad al día siguiente, de modo que con el canto de las ranitas meridionales nos despedimos de la zona y regresamos a Temara.

Sidi Boughaba... con las últimas luces

Finalmente llegó nuestro último día de pajareo del viaje, inaugurándolo con un buen madrugón para optar a ver francolín biespolado en una zona de monte mediterráneo varios kilómetros al sur de Temara. Nos plantamos allí con la salida del sol, en un claro donde los machos de francolín deberían salir para exhibirse... ¡Y así fue, levantando una pareja nada más llegar!

El claro de los francolines...

Seguimos aguardando el resto de la mañana para intentar mejorar la calidad de la observación, y aunque tuvimos a un macho cacareando a pocos metros del borde del claro ya no volvió a mostrarse ninguno más. Eso sí, estuvimos bien servidos con tórtolas europeas, oropéndolas, elanios y herrerillos africanos.

Mariví al aguardo del Francolín biespolado (Pternistis bicalcaratus)

Herrerillo africano (Cyanistes teneriffae ultramarinus)

Después de comer abandonamos los apartamentos y nos propusimos reintentarlo con el búho moro, el último de nuestros objetivos. La idea original era volver al Sidi Boughaba, pero por casualidades de la vida Jus Pérez (a quien desde aquí vuelvo a dar las gracias) había estado por la Merja Zerga pocos días antes y me pasó una ubicación exacta en la que había tenido éxito. Muy indeciso por los "pros y contras" de cada alternativa acabé decantándome por este segundo humedal.

Merja Zerga

Llegar hasta el sitio marcado fue un auténtico calvario, un dolor de muelas que rápidamente se disipó cuando esta rapaz nocturna de tonos achocolatados alzó el vuelo sobre la vegetación palustre... ¡Qué privilegio! Cabe recordar que esta joya con alas encuentra en el norte de Marruecos su último refugio de todo el norte de África, siendo ya más abundante en el África subsahariana, y aunque su futuro aquí es muy incierto todavía podría haber esperanzas si el gobierno se espabilase.

Búho moro (Asio capensis)

¡Y aquí termina nuestra aventura! Después de ésto pasamos la noche en Larache, desde donde condujimos hasta el aeropuerto de Tánger al día siguiente.
Podemos concluir que fue un viaje con un índice de éxito altísimo, cargado de bicherío, experiencias, anécdotas y sobre todo muy buen rollo. Nuestro país vecino nunca decepciona... ¡Hasta la próxima Marruecos!

Parte del grupo con varios ganaderos locales en la Merja Zerga

Gracias por visitar el blog.


miércoles, 4 de abril de 2018

MARRUECOS 2018 (I/V): De Ifrán a Errachidía

Aquí estoy de nuevo, recién llegado del viaje que realicé a Marruecos en compañía de Carlos Rossi y Javier Pérez. Una experiencia de 9 días en la que hemos podido disfrutar de la naturaleza más agreste del país y que procederé a contaros en las siguientes entradas, empezando por ésta.

El primer día el único pajareo que hubo fue el correspondiente a nuestro paso por el Estrecho desde Algeciras a Tánger, con buenas observaciones de págalo parásito, págalo grande, pardelas cenicientas y alcatraces. Una vez en Tánger recogimos el coche (un Dacia Logan) que habíamos alquilado y condujimos hasta la localidad de Ifrán, en el Medio Atlas, donde pasamos la noche.
Al día siguiente nos esperaba mucho frío, viento y una meteorología bastante inestable, pero aun así la ilusión era la propia del primer día y nuestras expectativas se mantenían sobradamente altas. Nuestro primer objetivo sería el pito de Levaillant, pasando de buscarlo en los parques del propio Ifrán para hacerlo directamente en el espectacular bosque de cedros de Azrú.

Bosque de cedros de Azrú

La primera "delicia" con la que nos encontramos aquí fueron los pinzones vulgares de la subespecie africana, seguido de un par de grupos familiares del amenazado macaco de Berbería, que encuentra aquí uno de sus últimos reductos.

Pinzón vulgar norteafricano (Fringilla coelebs africana)

Macacos de Berbería (Macaca sylvanus)

El tiempo empeoraba por momentos y lo único que teníamos del pito de Levaillant eran unos reclamos lejanos. Sin embargo la suerte se puso de nuestro lado y tras una larga e intensa búsqueda conseguimos dar con un ejemplar.


Pito de Levaillant (Picus vaillantii)

La lluvia, la nieve y, sobretodo, el fortísimo y gélido viento que sufrimos en el bosque de cedros nos acompañaron durante el resto del día mientras nos desplazábamos hacia el sur. La primera parada de rigor la hicimos en el Lago Aguelmane Sidi Ali, siendo las tierras encharcadas de sus alrededores (visibles desde la carretera principal) uno de los mejores enclaves para la observación de tarro canelo. Ya en el lago propiamente buscamos fochas morunas entre las comunes y nos deleitamos con varias cercetas pardillas, además de con el primer ejemplar de alondra cornuda del Atlas del viaje.



Tarro canelo (Tadorna ferruginea)


Tarro canelo (Tadorna ferruginea)

Tarro canelo (Tadorna ferruginea)

Lago Aguelmane Sidi Ali

Cercetas pardillas (Marmaronetta angustirostris)

Alondra cornuda del Atlas (Eremophila alpestris)

Dejamos la montaña atrás y nos introdujimos en terreno árido, pero el abrigo seguía siendo muy necesario. Al sur de Zaida visitamos otro lugar de referencia, el Plateau de l'Arid. Las condiciones no nos permitieron disfrutarlo mucho, pero de todas formas nos regaló nuestras primeras collalbas desérticas y culirrojas. Ya antes de llegar a Midelt apareció la única collalba de Seebohm de todo el viaje, especie que en un día favorable hubiésemos visto a patadas.




Collalba desértica (Oenanthe deserti)

Collalba culirroja (Oenanthe moesta)

Collalba de Seebohm (Oenanthe seebohmi)

Volviendo a los macizos montañosos observamos una carraca y multitud de milanos y águilas calzadas remontando exhaustos las laderas a ras de suelo en su migración hacia el norte. Como a Javier le hacía ilusión ver la subespecie africana de piquituerto (poliogyna) decidimos detenernos para comer en uno de los pocos sitios en los que teníamos constancia de su presencia.



Piquituertos comunes norteafricanos (Loxia curvirostra poliogyna)

Cuando definitivamente abandonamos las estribaciones del Atlas el viento y el frío cesaron de repente y al fin pudimos ver pájaros a gusto, siendo nuevamente las collalbas desérticas las protagonistas.


Collalba desértica (Oenanthe deserti)

Con las últimas luces del día realizamos una última parada en las gargantas posteriores al Túnel del Legionario. Las sorpresas aquí fueron nuestro primer colirrojo diademado y también escribano sahariano, además de otras especies que podemos encontrar en España pero que no dejan de estar muy bien, como roqueros solitarios y collalbas negras.



Colirrojo diademado (Phoenicurus moussieri)

Escribano sahariano (Emberiza sahari)

Roquero solitario (Monticola solitarius)

Collalba negra (Oenanthe leucura)


Con nuestra llegada a Errachidía dimos por finalizada esta intensísima jornada. Ahora tocaba descansar y recargar pilas, pues al día siguiente recorreríamos extensos palmerales y cortados donde nos esperaban muchas otras especies nuevas. Pero reservaré todo eso y más para la segunda parte...

¡Hasta entonces!