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domingo, 14 de agosto de 2016

Algunas joyitas de la Arnía

En julio tuve de invitado a Carlos Rossi, coincidiendo su estancia con noches de luna llena y mareas muy bajas. Por ello me pareció oportuno realizar una salida nocturna a la rasa intermareal de La Arnía, algo que yo siempre disfruto como si fuese la primera vez, pues en este medio cambiante cada visita es impredecible.


En el nivel superior del intermareal no tardaron en dejarse ver tanto mulatas como cámbaros, dos de los cangrejos más frecuentes por aquí.
Tampoco faltaron a la cita los combativos mazurcanos, muy fieles a sus respectivos territorios, y dispuestos de una pinza cortadora (la izquierda) tan respetable que podría mandar a alguien directo a urgencias. 

Mulata (Pachygrapsus marmoratus)


Mazurcanos (Eriphia spinfrons)

Las esquilas, más popularmente conocidas como quisquillas, resultaron muy frecuentes en las pozas de todos los niveles de la rasa.

Esquila o Quisquilla (Palaemon elegans)

Dichas pozas constituyen auténticas "guarderías" para alevines de multitud de especies de peces de mar abierto, tales como los sargos, aunque sobre este tema ya tengo prepara una entrada a parte...

Sargo (Diplodus sargus), juvenil

Por cantidad no pasan desapercibidos los caracolillos de mar.
La que sí cuesta encontrar es a la caracola de la especie Stramonita haemastoma, utilizada en la antigüedad para obtener el colorante púrpura de las prendas, algo muy costoso que sólo los altos rangos podían permitirse.

Caracolillos (Gibbula umbilicalis)

Stramonita haemastoma

No resultó demasiado complicado toparnos con algún tomate de mar, y más sencillo aún resultó con las abundantísimas anémonas u ortigas de mar.

Tomate de mar (Actinia equina)


Anémonas u Ortigas de mar (Anemonia sulcata)

Para no dar el tostón con las algas (un tema que realmente me gusta) haré referencia solamente a mi favorita, la Cystoseira tamariscifolia,
un alga parda aparentemente "sosa", pero que bajo el agua presenta iridiscencias azules muy llamativas.

Cystoseira tamarascifolia

Durante el día cuesta echarle el ojo a algún erizo de mar, pero al caer la noche salen de sus cuevas y llegan a ser los animales más numerosos de todo el intermareal. A pesar de ser muy codiciados, merece la pena recordar que su recolección aquí está prohibida.

Erizos de mar (Paracentrotus lividus)

Sin duda la estrella de la noche fue este gran y hermoso ejemplar de pulpo. Pocos se ven ya de esta talla, y eso que su pesca tampoco está permitida.



Pulpo (Octopus vulgaris)

Pulpo (Octopus vulgaris), VÍDEO

Pulpo (Octopus vulgaris)

Ya nos íbamos cuando nos cruzamos con un grupo de niños que, acompañados por sus padres, parecían dedicarse a lo mismo que nosotros.
Nos acercamos a ellos con pocas expectativas, pero resultaron ser unos auténticos fenómenos, habiendo localizado una estrella y un pepino de mar.

Estrella de mar (Marthasterias glacialis)

Pepino de mar (Holothuria forskali)

La noche siguiente se avecinaba igualmente buena, y con ganas de más decidimos repetir. Esta vez lo haríamos con guías, lo que aumentaría mucho las probabilidades de ver bichos interesantes.
Comenzamos pues por los animales cuya vida se desarrolla sobre las rocas más expuestas a la bajada del agua: bellotas de mar, lapas vulgares e incluso la escasa lapa punteada, la cual gusta de un tipo de roca concreto para vivir.

Bellotas de mar (Chthamalus stellatus)

Lapa vulgar (Patella vulgata), abandonando su asiento diurno

Lapa punteada (Patella rustica)

Desde hace tiempo sabía que era posible ver gusanas verdes recorriendo la superficie de las rocas en busca de alimento, pero aquella noche al fin pude verlo por mí mismo. ¡Una novedad muy bien recibida!

Gusana verde (Eulalia viridis)

Algo con lo que no contaba esa noche era con las ofiuras, y para colmo nos encontramos con dos especies, Ophiomyxa pentagona y Ophiothrix fragilis.

Ophiomyxa pentagona

Ophiothrix fragilis

Entre los equinodermos otra especie diferente respecto a la noche anterior, la pequeña y simpática estrella de capitán.

Estrella de capitán (Asterina gibbosa)

Antes mencionaba que para muchos peces las piscinas de marea cumplen la función de guardería durante su fase juvenil, pero hay otros que se han especializado en este tipo de ambiente. Hablo de los gobios y los blenios.

Lipophrys pholis


Parablennius sanguinolentus

Es en el nivel inferior donde resulta posible encontrar animales más parecidos a los que habitan en mar abierto, y por tanto donde con mayor facilidad nos llevaremos las sorpresas. La nécora nos demuestra que aquí se encuentra especialmente cómoda al poseer patas posteriores adaptadas para la natación.

Nécora (Macropipus puber)

Se nos escapó un cabracho de buen tamaño, pero en su lugar le echamos mano a un pequeño ejemplar de congrio. Y digo "pequeño" porque estos peces en comparación llegan a convertirse en verdaderos monstruos.

Congrio (Conger conger)

Y hoy voy a tener el placer de terminar la entrada con uno de los animales más especiales con los que he tenido el gusto de toparme.
Se trata de un nudibranquio, concretamente Hypselodoris tricolor.
Hace mucho que soñaba con ver a esta babosa marina, aunque en el fondo no contaba con que llegase el día... ¡Ésto si que es todo un sueño cumplido!


Hypselodoris tricolor

¡Espero que os haya gustado!


lunes, 2 de septiembre de 2013

Secretos nocturnos del intermareal...

El pasado 21 de agosto, Costa Quebrada organizó una salida nocturna al intermareal de la Arnía. Durante la noche los animales de estos ambientes se vuelven más confiados, y además es posible descubrir a algunos de sus habitantes de costumbres más reservadas.
Comenzamos en la playa de la Arnía, donde la visión de la costa bañada por la luz de la Luna era espectacular. Otra ventaja más de venir por la noche.


Las lapas vulgares fueron las protagonistas de este sector, y nuestros "guías" nos contaron varias curiosidades a cerca de la biología de estos moluscos.

Lapas vulgares

Nos propusieron encontrar alguna de las más raras lapas punteadas, y tras un rato de búsqueda conseguimos encontrar hasta tres ejemplares.

Lapa punteada

Había bastantes caracolillos de por medio...


Caracolillos

También vimos muchísimas de las conocidas bellotas de mar.
Hasta ahora yo siempre había pensado que eran parientes de las lapas, pero resulta que son crustáceos, como las gambas, que en las primeras etapas de su vida sufren una extraordinaria metamorfosis.

Bellotas de mar

También encontramos una estrella de mar fuera del agua y parcialmente enterrada en arena, donde seguramente moriría, de modo que la recogimos en la bandeja de muestras para soltarla más tarde en el intermareal...

Estrella de mar

De modo que finalmente bajamos al famoso intermareal, dispuestos a explorar cada una de las espectaculares pozas que se forman aquí al bajar la marea.


Buscando en una de las pozas...

En el intermareal se diferencian tres niveles. El nivel superior es el que menos tiempo pasa a lo largo del día cubierto por el mar, de modo que aquí habitan los animales mejor adaptados para la vida a escasa profundidad. Tal es el caso de los cangrejos, como las mulatas y los cámbaros. Ambas especies se diferencian bien por la forma de su caparazón, cuadrado en el caso de las primeras y más redondeado en los segundos (en las siguientes dos fotos se ve claro).

Mulata

Cámbaro

Cámbaros (los grandes) y mulatas (las pequeñas)

También encontramos algunos mazurcanos, identificables por las vellosidades en las patas de algunos ejemplares y, sobretodo, por el gran tamaño de sus pinzas.

Mazurcano

El nivel litoral medio ya es otro mundo. Aquí la profundidad de las pozas es mayor y abundan las algas calcáreas, como las hojas de piedra y los cerebritos, las cuales pueden llegar a formar estructuras tipo arrecife.

Hoja de piedra

Cerebritos

En estos "mini-arrecifes" abundan las quisquillas o también llamadas esquilas.


Esquila

Aquí encontramos una simpática estrella de capitán, bastante pequeña en comparación con su prima mayor la estrella de mar.

Estrella de capitán

Estrella de mar y estrella de capitán

Los realmente abundantes eran los erizos de mar, que literalmente tapizaban el fondo de cada una de las pozas y canales del intermareal.


Erizos de mar

Hay dos peces muy bien adaptados a este peculiar ecosistema, los blenios y los gobios, siendo estos últimos los que mejor se dejaron ver...



Gobios

El intermareal cumple la función de "guardería" para los alevines de numerosas especies, que crecen aquí a salvo de los peligros de mar abierto.
Entre otros, encontramos alevines de sulas, sargos y mújoles. Éstos últimos son fácilmente reconocibles porque tienen la rara costumbre de nadar con la cola torcida, como podéis ver en la foto, hecho que desaparece con la edad.

Gobio rodeado de sulas

Mújol (alevín) con su característica "cola torcida"

Mugil (jóven)

Otras criaturas curiosas son los tomates de mar. Hay distintas variedades de color para esta especie; aquí encontramos la variedad roja y la verde, pero en otros sitios es posible encontrar la variedad amarilla.

Tomate de mar (variedad roja)

Tomate de mar (variedad verde)

Finalmente alcanzamos el nivel inferior, donde viven las especies más parecidas a las que pueden encontrarse en mar abierto. Un ejemplo son las famosas anémonas, también conocidas como ortigas de mar. Al igual que los tomates de mar, las anémonas también presentan dos variedades de color, la verde y la rosa (aunque los ejemplares rosas de la foto no lo parezcan mucho).

Anémonas/Ortigas de mar (variedad verde)

Anémonas/Ortigas de mar (variedad rosa)

Entre la gran diversidad de algas del lugar había una que llamaba poderosamente nuestra atención, la Cystoseria tamariscifolia. Se trata de un alga parda que cuando está en el agua posee unas espectaculares iridiscencias azules, característica que se desvanece al sacarla de su medio...

Bifurcaria bifurcata (izquierda), Cystoseria tamariscifolia (centro) y Codium tomentosum (derecha)

Aquí encontramos una nécora (con la que hicimos pleno de cangrejos) y una pequeña caracola, que a pesar de su nombre tiene un buen tamaño.

Nécora

Pequeña caracola

Los animales más llamativos habitan en esta parte del intermareal. Uno de ellos es el pulpo, pero el pequeño ejemplar que descubrimos se ocultó en una grieta de donde no hubo manera de hacerlo salir. Otro ser igualmente fascinante y que sí que se dejó ver a placer fue este cabracho; llama la atención su mimetismo que unido al efecto del agua lo hacen casi invisible...


Cabracho

Y para terminar he dejado a las joyas de la corona, literalmente, pues se trata de las anémonas joya. Estas diminutas y verdes anémonas suelen vivir a una profundidad mínima de 10 metros, por lo que es rarísimo y a la vez curioso encontrarlas aquí. Las de la foto son la única colonia que los de Costa Quebrada tienen localizada en todo el intermareal... ¡Un privilegio!

Anémonas joya

Y con ésto finalizó la salida. Como último detalle nos regalaron unas fichas para que podamos identificar a las especies cuando visitemos el intermareal por nuestra cuenta, cosa que habrá que hacer, pues hay un montón de bichos chulos que me muero por ver (chafarrocas, sastres, babosas de mar...).


No podía terminar sin darle las gracias a Olga Pérez, compañera de andanzas de la SEO sin la cual no hubiese podido asistir a este evento.
Y para despedirme una foto de la Luna, causante de las mareas y por ello creadora de este privilegiado ecosistema y de la vida que en él se desarrolla.