En julio tuve de invitado a Carlos Rossi, coincidiendo su estancia con noches de luna llena y mareas muy bajas. Por ello me pareció oportuno realizar una salida nocturna a la rasa intermareal de La Arnía, algo que yo siempre disfruto como si fuese la primera vez, pues en este medio cambiante cada visita es impredecible.
En el nivel superior del intermareal no tardaron en dejarse ver tanto mulatas como cámbaros, dos de los cangrejos más frecuentes por aquí.
Tampoco faltaron a la cita los combativos mazurcanos, muy fieles a sus respectivos territorios, y dispuestos de una pinza cortadora (la izquierda) tan respetable que podría mandar a alguien directo a urgencias.
Mulata (Pachygrapsus marmoratus)
Mazurcanos (Eriphia spinfrons)
Las esquilas, más popularmente conocidas como quisquillas, resultaron muy frecuentes en las pozas de todos los niveles de la rasa.
Esquila o Quisquilla (Palaemon elegans)
Dichas pozas constituyen auténticas "guarderías" para alevines de multitud de especies de peces de mar abierto, tales como los sargos, aunque sobre este tema ya tengo prepara una entrada a parte...
Sargo (Diplodus sargus), juvenil
Por cantidad no pasan desapercibidos los caracolillos de mar.
La que sí cuesta encontrar es a la caracola de la especie Stramonita haemastoma, utilizada en la antigüedad para obtener el colorante púrpura de las prendas, algo muy costoso que sólo los altos rangos podían permitirse.
Caracolillos (Gibbula umbilicalis)
Stramonita haemastoma
No resultó demasiado complicado toparnos con algún tomate de mar, y más sencillo aún resultó con las abundantísimas anémonas u ortigas de mar.
Tomate de mar (Actinia equina)
Anémonas u Ortigas de mar (Anemonia sulcata)
Para no dar el tostón con las algas (un tema que realmente me gusta) haré referencia solamente a mi favorita, la Cystoseira tamariscifolia,
un alga parda aparentemente "sosa", pero que bajo el agua presenta iridiscencias azules muy llamativas.
Cystoseira tamarascifolia
Durante el día cuesta echarle el ojo a algún erizo de mar, pero al caer la noche salen de sus cuevas y llegan a ser los animales más numerosos de todo el intermareal. A pesar de ser muy codiciados, merece la pena recordar que su recolección aquí está prohibida.
Erizos de mar (Paracentrotus lividus)
Sin duda la estrella de la noche fue este gran y hermoso ejemplar de pulpo. Pocos se ven ya de esta talla, y eso que su pesca tampoco está permitida.
Pulpo (Octopus vulgaris)
Pulpo (Octopus vulgaris), VÍDEO
Pulpo (Octopus vulgaris)
Ya nos íbamos cuando nos cruzamos con un grupo de niños que, acompañados por sus padres, parecían dedicarse a lo mismo que nosotros.
Nos acercamos a ellos con pocas expectativas, pero resultaron ser unos auténticos fenómenos, habiendo localizado una estrella y un pepino de mar.
Estrella de mar (Marthasterias glacialis)
Pepino de mar (Holothuria forskali)
La noche siguiente se avecinaba igualmente buena, y con ganas de más decidimos repetir. Esta vez lo haríamos con guías, lo que aumentaría mucho las probabilidades de ver bichos interesantes.
Comenzamos pues por los animales cuya vida se desarrolla sobre las rocas más expuestas a la bajada del agua: bellotas de mar, lapas vulgares e incluso la escasa lapa punteada, la cual gusta de un tipo de roca concreto para vivir.
Bellotas de mar (Chthamalus stellatus)
Lapa vulgar (Patella vulgata), abandonando su asiento diurno
Lapa punteada (Patella rustica)
Desde hace tiempo sabía que era posible ver gusanas verdes recorriendo la superficie de las rocas en busca de alimento, pero aquella noche al fin pude verlo por mí mismo. ¡Una novedad muy bien recibida!
Gusana verde (Eulalia viridis)
Algo con lo que no contaba esa noche era con las ofiuras, y para colmo nos encontramos con dos especies, Ophiomyxa pentagona y Ophiothrix fragilis.
Ophiomyxa pentagona
Ophiothrix fragilis
Entre los equinodermos otra especie diferente respecto a la noche anterior, la pequeña y simpática estrella de capitán.
Estrella de capitán (Asterina gibbosa)
Antes mencionaba que para muchos peces las piscinas de marea cumplen la función de guardería durante su fase juvenil, pero hay otros que se han especializado en este tipo de ambiente. Hablo de los gobios y los blenios.
Lipophrys pholis
Parablennius sanguinolentus
Es en el nivel inferior donde resulta posible encontrar animales más parecidos a los que habitan en mar abierto, y por tanto donde con mayor facilidad nos llevaremos las sorpresas. La nécora nos demuestra que aquí se encuentra especialmente cómoda al poseer patas posteriores adaptadas para la natación.
Nécora (Macropipus puber)
Se nos escapó un cabracho de buen tamaño, pero en su lugar le echamos mano a un pequeño ejemplar de congrio. Y digo "pequeño" porque estos peces en comparación llegan a convertirse en verdaderos monstruos.
Congrio (Conger conger)
Y hoy voy a tener el placer de terminar la entrada con uno de los animales más especiales con los que he tenido el gusto de toparme.
Se trata de un nudibranquio, concretamente Hypselodoris tricolor.
Hace mucho que soñaba con ver a esta babosa marina, aunque en el fondo no contaba con que llegase el día... ¡Ésto si que es todo un sueño cumplido!
Hypselodoris tricolor
¡Espero que os haya gustado!
Buffffff, lo bien que cundió la cosa... Me reitero en lo buenísima que fue la idea.
ResponderEliminar¡Saludos!
¡El verano que viene más y mejor!
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Menuda sesión más chula, como le dije a Carlos, lo del nubibranquio el broche final. Un abrazo desde Castro.
ResponderEliminarLo del nudibranquio es que fue la caña, jaja, aunque el resto de bichos no se quedaron muy atrás.
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Muy chulas las fotos.. Mira que si nos encontramos por Pirineos.. jeje
ResponderEliminarHubiese sido un gran encuentro, jeje.
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¡Vaya salida! A mí, que soy de interior, estas cosas siempre me sorprenden mucho.
ResponderEliminarUn saludo.
No me extraña... ¡Incluso sorprendería a mucha gente de costa!
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