Una colonia muy especial...

En esta entrada voy a exponer algunos momentos del día a día de la única colonia de charrán común de todo el Cantábrico, la de la dársena de Raos.

Como ya he mostrado en otras ocasiones, esta colonia tan especial está asentada en cuatro plataformas artificiales de cría construidas para el caso.

Los mejores momentos para pescar dependen de las mareas, de modo que en la colonia se alternan momentos de monotonía, en los cuales los charranes aprovechan para descansar, con momentos de gran actividad.

Por lo general las puestas de todas las parejas están bastante sincronizadas, pero el mal tiempo de la pasada primavera ha ocasionado un desorden general, y mientras algunos pollos volantones ya daban sus primeros vuelos, otros pollos acababan de nacer, algunas hembras aún incubaban e incluso había parejas en actitud de celo para realizar una puesta de sustitución.

Los volantones acaban siendo mal recibidos por algunos de los adultos de la colonia, por lo que se dispersan por las embarcaciones cercanas, lugar en el que se sienten más a gusto y donde sus padres acuden con relativa frecuencia para cebarlos con sulas, bogas y otros peces recién capturados.

No todas las relaciones son buenas en este vecindario. Cuando hay comida de por medio llegan a piratearse entre ellos, y acercarse con malas intenciones a los pollos de otro también puede ser causa para que estalle un conflicto.

Pero no en vano son aves coloniales, y a pesar de sus pequeños "roces" saben tolerarse, cooperar, compartir espacio y trabajar en equipo a la hora de expulsar a un depredador, ya sea una gaviota, una rapaz o incluso un humano.