No suelo poder visitar el embalse de Aguilar tanto como me gustaría, pero a pesar de ello, todos los años acaban cayendo especies relativamente interesantes que consolidan a este humedal como un enclave digno de ser frecuentado por muchos más ornitólogos de los que lo hacemos actualmente. En cualquier caso aquí os dejo el resumen de observaciones correspondiente a finales de este verano:
Correlimos pectoral (Calidris melanotos)
A comienzos de julio apareció un cisne negro en la cola de Quintanilla de la Berzosa, el mismo individuo que ya llevaba una larga temporada en el embalse del Ebro, y que a su vez, desde el verano de 2018, estuvo recorriendo la costa de Cantabria en compañía de otros dos ejemplares. Curiosamente, el día 1 de septiembre regresó de nuevo a la vertiente cántabra del embalse del Ebro.
Cisne negro (Cygnus atratus)
Cisne negro (Cygnus atratus), con el pico Curavacas al fondo
Mi primer correlimos de la temporada lo cité el 5 de agosto en la cola de Renedo de Zalima, pero no fue hasta casi entrar en septiembre cuando la cosa se animó de verdad para las limícolas, entre ellas: correlimos (común, tridáctilo, menudo y zarapitín), andarríos (chico y grande), chorlitejos (chico y grande) archibebe claro, agachadiza común, avefría europea o chorlito dorado. Como es habitual, las colas de Quintanilla y San Mamés aportaron el grueso de los registros.
Correlimos común (Calidris alpina)
Correlimos tridáctilo (Calidris alba)
Correlimos menudos (Calidris minuta)
Los números de estas aves fluctuaron mucho a lo largo de los días, aunque los de chorlitejo grande siempre se mantuvieron aceptables. Estaban en pleno apogeo migratorio, y prueba de ello es el ejemplar que fue anillado en Noruega tan sólo 15 días antes de que Juan Aguado se topase con él en el embalse de Aguilar. Podéis leer con más detalle el breve historial del ave en su blog (ver aquí).
Chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula)
La cifra de garcetas grandes también ha sido interesante, muy baja para cualquier otra localidad si hablamos de 3 o 4 ejemplares, pero hay que tener en cuenta que en el norte de Palencia aún sigue siendo una especie muy poco frecuente.
Garceta grande (Ardea alba)
El día 27 de agosto Pablo Varona, Julen Santacristina y un servidor dimos con dos moritos comunes en la cola de Quintanilla de la Berzosa, algo que coincidió con una fuerte entrada de esta especie en la costa norte, y que supone su primer registro para este embalse. Dos días después citaríamos un halcón de Eleonora en esta misma cola, más concretamente un ejemplar de morfo oscuro y poco colaborador del que no pudimos disfrutar como bien merecía la ocasión.
Moritos comunes (Plegadis falcinellus)
Cola de Quintanilla de la Berzosa
El 10 de septiembre me llevé la gran sorpresa del postnupcial, y para variar también en la cola de Quintanilla de la Berzosa: un correlimos pectoral. Apareció a última hora del día, y por desgracia abandonó la zona a la mañana siguiente.
Correlimos pectoral (Calidris melanotos)
De las aves acuáticas más habituales no voy a hacer mucha mención... para ello podéis consultar los listados correspondientes al embalse en la plataforma eBird.
Cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo)
Garzas reales (Ardea cinerea) y Garcetas comunes (Egretta garzetta)
No podía faltar un pequeño paréntesis dedicado a las migrantes no ligadas al agua, igualmente cargadas de cientos de kilómetros a sus espaldas.
Cuco común (Cuculus canorus)
Torcecuello euroasiático (Jynx torquilla)
Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca)
Y para concluir, dos de las especies que más me alegra ver en mis visitas a este enclave. No otras que las espátulas y las águilas pescadoras.
Espátulas comunes (Platalea leucorodia)
Águilas pescadoras (Pandion haliaetus)
Y ya estaría por hoy, pero antes no voy a perder la oportunidad de hacer pública una "pequeña" queja. Hace ya años que tanto Juan Aguado como yo, cada uno en sus respectivos blogs, resaltamos la actitud poco ética e irrespetuosa por parte de los motoristas locales hacia el espacio natural del embalse de Aguilar, gente que es capaz de increpar a un águila pescadora que se alimenta en la orilla por pura diversión. Es un tema del que siempre he preferido pasar, pero últimamente me está empezando a escocer bastante... Creo que en esta entrada ya he elogiado suficiente a la cola de Quintanilla de la Berzosa, y si no lo he hecho más ha sido por no parecer pesado. Sin duda se trata del punto más importante para las aves de este embalse, pero últimamente el sitio ha pegado un bajón y los bichos a penas paran aquí. ¿Por qué? Las fotos hablan por si solas; cuantas más rodadas dejen en la rasa, cuanto más cerca pasen del agua y cuanto más barro levanten más contentos parecen estar. Y si no dejan un solo pájaro en la zona parece que hasta mejor. Por desgracia esta estampa se repite diariamente sin excepción... La cosa nos tocó más de cerca el pasado mes de septiembre, cuando varios amigos palentinos intentábamos relocalizar al ya mencionado correlimos pectoral; de la nada apareció un grupo de estos personajes motorizados, y no contentos con el espectáculo ofrecido, les pareció irresistible la idea de cruzar a través de nuestro grupo a pesar de habernos visto con la óptica en mano. ¿Para tocar los cojones? Pues tal vez... Dibujaron unas cuantas rodadas más a nuestro alrededor y siguieron su camino. Quiero pensar que esta actitud incívica tan cerca de una zona acuática, que además supone una finca ganadera, no puede estar permitida. Vamos, me costaría hacerme a la idea de que algo así no estuviese regulado. Entonces... ¿por qué ocurre? ¿A qué viene tanta vista gorda? ¿Tendremos que ser los particulares quienes demos el puñetazo en la mesa ante la inoperancia de los de arriba? Creo que por hoy ya no diré más, pero lo dicho dicho queda.
El deplorable estado del entorno de la cola de Quintanilla de la Berzosa
Prefiero despedirme con un par de plantas de la zona, a ver si así al menos quedamos con buen sabor de boca después de tanta palabra amarga.
Spiranthes spiralis
Poleo (Mentha pulegium)
Y ahora sí, hasta aquí por hoy...
¡Gracias por seguir el blog!
Ese embalse es un tesoro!! Enhorabuena por la entrada y las observaciones.
ResponderEliminarSaludos desde León
Gracias Jose Alberto!
EliminarUn saludo
Muy bueno Alberto, con lo que podría ser este pantano sin tantos cazurros que molestan a todo vicho viviente.
ResponderEliminarGracias por la entrada.
Eso digo yo Juan... Gracias!
EliminarSaludos
Ya sabes Alberto, tambien se consideran amantes de la naturaleza, cuando lo que hacen es destrozarla. Un saludo
ResponderEliminarSi, para muchos el mero hecho de ir al monte ya les autodenomina amantes de la naturaleza... independientemente del respeto que muestren por ella...
EliminarUn saludo
Impresionante la variedad de especies. Muchas fotos hechas con tumbing hide, ¿verdad?
ResponderEliminarQué va, simplemente me pongo en cuclillas...
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