A principios de Semana Santa tocó hacer una visita al Embalse de Aguilar con la idea de disfrutar de lo que el paso prenupcial dejase caer.
En cuanto a limícolas fue un fracaso, ya que el nivel del agua estaba altísimo y cubría por completo las extensiones de fango que normalmente están al descubierto. Tanto es así que no se dejó ver ni un simple correlimos.
Embalse de Aguilar
Como de costumbre realicé el recorrido habitual alrededor de todo el embalse, parando en los puntos de mayor interés.
Somormujo lavanco
Gaviotas patiamarillas
Nuevamente fue en la Cola de Quintanilla de la Berzosa donde tuvo lugar la observación del día, concretamente dos cercetas carretonas (macho y hembra) infiltradas en un grupo de ánades frisos.
Cercetas carretonas y Ánades frisos
Cercetas carretonas
De camino a Renedo de Zalima se dejó ver alguna cosilla...
Tarabilla común
Cigüeña blanca
Pardillo común
Mariposa pavo real
Una vez allí se repitió la misma historia con el nivel del agua...
Renedo de Zalima
Ya me iba cuando de pronto salió volando de entre la maleza un pájaro de vuelo muy potente, emitiendo un reclamo que me sonaba raro y familiar al mismo tiempo. Ocultándome tras los arbustos conseguí aproximarme e identificar al sujeto: ¡Un mirlo capiblanco! Encontrarlo tan bajo fue una inesperada sorpresa.
Mirlo capiblanco
Más tarde me di cuenta de que en realidad había dos ejemplares, ambos machos, que se movían por una zona de rocas y pequeños cortados donde resultaba tremendamente complicado seguir a estas aves tan desconfiadas.
Renedo de Zalima
Mirlos capiblancos
Por último fuimos a Corvio, ya que mi padre y yo nos dispusimos colgar un par de cajas nido que teníamos hechas desde hace tiempo...
Una vez allí fuimos recibidos por un cantarín y territorial macho de torcecuello, marcando territorio en el interior del propio pueblo.
Torcecuello euroasiático
Aunque cambiaba de posadero continuamente siempre se mantenía en torno a nuestro huerto, donde casualmente disponemos de un viejo árbol con varios agujeros de pito real, de modo que es probable que este año los torcecuellos nos críen en casa. ¡Cruzo los dedos por que así sea!
Agujero de Pito real, posible nido de Torcecuellos...
Bonita foto-reportagem :)
ResponderEliminarGracias Manuela.
EliminarSaludos
En cada una de tus crónicas nos ratificas que con paciencia, constancia y perseverancia la observación y fotografía de aves es factible.
ResponderEliminar¡Qué bien logrado el capiblanco!
Seguro que el torcecuellos encuentra un hueco de su agrado en vuestro jardín, ya nos irás contando.
Un saludo de 'Ojolince y Sra.'
Preciosas las fotos del capiblanco (nunca he visto uno y le tengo muchas ganas) y del torcecuello. Enhorabuena. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, al capiblanco le habia visto ya alguna vez pero hasta ahora no habia conseguido ninguna foto decente... Son bastante desconfiados, todo lo contrario al tordecuello.
EliminarSaludos
Que guapo el capiblanco, bonita entrada Alberto. Saludos desde Castro.
ResponderEliminarGracias Germán.
EliminarSaludos
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