El estar en León hace que no pueda disfrutar como antes de los halcones de mi calle de Santander. Sin embargo he conseguido preparar esta entrada a cerca de la temporada de cría del año pasado a cuenta de fotos tomadas por mi padre (aunque no todas) durante mi ausencia. Sólo la primera es mía.
Halcón peregrino
No es posible ver ni contar a los pollos cuando aún son demasiado pequeños (aunque de vez en cuando alguno asome), pero el continuo aporte de presas al nido por parte de los progenitores es algo que los delata.
Halcones peregrinos (pollo y adulto)
Aunque cazan sobretodo palomas urbanas, si pueden no desaprovechan las buenas oportunidades. Así pues no resulta complicado encontrar cabezas de zorzales cuando el paso de éstos se encuentra en su máximo apogeo.
Zorzales comunes (decapitados por los halcones)
Aún más llamativa resulta esta imagen que me envió un amigo cuando pasaba por la zona, correspondiente a una becada decapitada y parcialmente devorada, la cual seguramente se desgarró y cayó mientras la transportaban en vuelo, algo que ya he presenciado en varias ocasiones con otras presas.
Becada (parcialmente devorada por los halcones)
Al fin llegó el día en que todos los pollos asomaron al tiempo.
Y nuevamente sacaron tres, el número más habitual en esta pareja, tal y como he podido comprobar a lo largo de temporadas pasadas.
Halcones peregrinos (pollos volantones)
Cuando alcanzan una determinada edad, los padres les dejan las presas dispersas por los tejados de la zona para que el hambre les haga abandonar el nido y así se animen a volar. Más tarde serán ellos los que las cacen...
Halcones peregrinos (jóv.)
Los primeros intentos de vuelo no siempre son demasiado exitosos.
Un día mi hermana menor llegó a encontrarse a uno de los volantones en el patio de nuestra urbanización. Las siguientes fotos están hechas con su móvil, así que haceros una idea de lo que consiguió aproximarse a él... ¡Una pasada!
Halcón peregrino (jóv.)
También le sacó este vídeo en el que sale volando. Al principio parece que cae, pero finalmente acaba remontando, perdiéndose entre los edificios...
Halcón peregrino (jóv.)
En fin, espero que os haya gustado la entrada, a pesar de que las fotos y la crónica no sean demasiado actuales (es lo que pasa cuando se te va quedando material acumulado). Este año prometo intentar llevarlo más al día, jeje.
Siempre es de gran interés y mucho agrado ver la vida de vuestros urbanitas halcones, fotograma a fotograma.
ResponderEliminarY, en este resumen, nos lo has mostrado de maravilla.
Un saludo de 'Ojolince y Sra.'
Me alegro de que sea asi, es lo que pretendo, pues sigo a esta pareja con muchísima ilusión. ¡Gracias!
EliminarSaludos
Los halcones de las sierras del sur ya están enceladísimos, la semana pasada estaba una pareja persiguiéndose y haciendo picados alucinantes mientras chillaban.
ResponderEliminarDa igual el tiempo que pase, tus crónicas de los peregrinos de Santander siempre están chulas.
¡Saludos!
Imagino, mi padre me dice que éstos ya están dando guerra también, a ver cómo se les da...
EliminarLo único que me da rabia es no poder estar ahí para verlo!
Saludos
Muy interesante como siempre tus halcones
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Ángel!
EliminarSaludos
Bonito reportaje Alberto. En Castro también los vemos cazar desde casa entre calles y sobre los tejados, pero anidan en los acantilados marinos, los de Santander son un puntazo. Saludos.
ResponderEliminarGracias Germán. Aquí tenemos varias parejas urbanas, a parte de las de los acantilados... La suerte ha querido que justo una de ellas críe en mi calle, jeje
EliminarSaludos