Como sabréis por otras entradas, diciembre fue un mes malísimo para observar a las invernantes habituales, tanto en la Bahía de Santander como en el resto del Cantábrico. Aún así pudimos presumir de una gran cantidad y variedad de limícolas. Un día cogí junto con Miguel Rodríguez un barco dirección a Somo.
Embarcando en Santander
Y mientras lo esperábamos en el muelle, unos vuelvepiedras nos hicieron compañía hasta el momento del embarque.
Vuelvepiedras
Este trayecto cruza de lado a lado la Bahía de Santander, por lo que sería ideal cuando haya colimbos, álcidos y otros invernantes...
Lástima que por aquel entonces no fuese así. De todas formas sí que vimos algún zampullín cuellinegro y un gavión atlántico.
Zampullín cuellinegro
Gavión atlántico
Cuando llegamos a Somo comprobamos que efectivamente las limícolas no nos iban a decepcionar aquel día. Correlimos comunes, chorlitos grises, chorlitejos grandes, más vuelvepiedras, zarapitos reales, agujas colipintas...
Concentración de limícolas en Somo
Agujas colipintas y Chorlitos grises
Chorlitos grises y Correlimos comunes
Chorlitejos grandes
Chorlitejos grandes y Vuelvepiedras
...Y por supuesto los señores del lugar, los infalibles ostreros.
Ostreros euroasiáticos
Como hacía bastante bueno nos animamos a recorrernos el puntal. Entre otras cosas nos topamos con algunos correlimos tridáctilos.
Correlimos tridáctilos
El grupo de ostreros que antes vimos en Somo se había movido hasta aquí, y ahora tenían una nueva acompañante: una barnacla carinegra.
Ostreros euroasiáticos
Ostreros euriasiáticos y Barnacla carinegra
Ostreros euroasiáticos
Barnacla carinegra
Barnacla carinegra y Ostreros euroasiáticos
Tampoco faltaron más correlimos comunes...
Correlimos común
Durante el viaje de vuelta pasamos al lado de un zampullín cuellirrojo.
Al principio no le hicimos mucho caso debido a la inusual confianza del ejemplar, dándolo por cuellinegro, pero cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde y el barco había pasado de largo; sólo Miguel logró sacarle una testimonial.
Los que si se dejan sacar a placer son los charranes patinegros, que descansan en cada una de las boyas que señalizan la ruta al barco.
Charranes patinegros
Y cuando llegamos de nuevo a Santander, ahí estaban otra vez los vuelvepiedras para recibirnos, correteando a lo largo de todo el muelle...
Vuelvepiedras
Desde luego que tuvistéis un día aprovechable y aprovechado.
ResponderEliminarUna luz estupenda para darle vida a todo 'bicho' que se os ponía al alcance.
Buen repaso a los limícolas del puntal de Somo y demás aves en vuestro camino.
Ah! Y enhorabuena por ese cuarto aniversario... ¡Ahí es nada, 4 añitos que llevamos ya!
Un saludo de 'Ojolince y Sra.'
Gracias Juan Miguel... La verdad es que sí que nos hizo muy bueno, así daba gusto pajarear.
EliminarSaludos
Recuerdo la primera vez que vi un ostrero cuando era adolescente, precisamente cogiendo el barco que sale de Pedreña a Santander. Pero, claro, era verano como siempre en mi caso, ya me habría gustado ver todo ese limicoleo.
ResponderEliminar¡Saludos!
Es que es el típico sitio donde verlos en la bahía, como bien sabes, y con el barco se pasa bastante cerca del arenal... ¡Anímate a venir unos días en invierno, jeje!
EliminarSaludos