De Bárago a la cima del Bistruey

Este verano un buen amigo me invitó a pasar unos días en su pueblo, Bárago (Liébana, Picos de Europa), al igual que el año pasado.

Esta vez la propuesta era interesante, pues nos dispondríamos a subir a la cima del Bistruey (2002m), uno de los picos más conocidos de la zona.

Pero antes de hablar de la ascensión en sí, pondré algo de la fauna vista en el propio pueblo, comenzando por la que habita en las fuentes y pilones.

En algunos de estos pilones eran francamente abundantes los renacuajos y metamórficos de sapo partero común, y en otros lo eran las larvas de salamandra.

De invertebrados, cabe destacar el considerable tamaño de las larvas de libélula.

Renacuajos de sapo partero

Larvas de salamandra

Larva de libélula

Y en cuanto a pájaros no podían faltar los picos medianos, que todas las tardes solían frecuentar el huerto de mi amigo. ¡Un privilegio!

Pico mediano

Y ahora sí, el día de la ascensión.

Amanecimos con una espesísima niebla que en varias ocasiones a lo largo de la jornada nos hizo plantearnos seriamente dar media vuelta.

Empezamos la ruta en compañía de las aves más madrugadoras: tarabillas, escribanos cerillos y montesinos, algún colirrojo...

Tarabilla común

Mamíferos no llegamos a ver ninguno, pero sí las señales que nos indican que por ahí andan, como excrementos de corzos o terreno levantado por los jabalís.

Terreno levantado por jabalís

En este refugio estuvimos metidos un buen rato en el que la niebla no nos dejaba ver el camino. Pero no fue ni mucho menos aburrido;

las chovas piquirrojas nos acompañaron todo el rato y de fondo se escuchaba el reclamo del picamaderos negro.

Chovas piquirrojas

Pasamos entonces a un tramo que atravesaba un sensacional hayedo, con algún castaño y nogal de por medio. Las aves forestales fueron frecuentes, entre ellas pinzones, pico picapinos, trepadores azules y diferentes especies de páridos.

Pinzón vulgar

Llegamos al nivel supraforestal, un mosaico de matorral montano y pastizal alpino (con la niebla aún muy presente) frecuentado por varios rebaños ovinos y sus respectivos mastines.

En una entrada así no podían faltar las Pinguicula grandiflora...

Pinguicula grandiflora

Pero en esta ocasión el premio a la planta del día se la llevó el escaso serbal de cazadores, muy importante para los ecosistemas en los que se encuentra por nutrir con sus frutos a multitud de especies animales en las épocas más difíciles del año.

Serbal de cazadores

Tras la larga caminata llegamos al puerto y por fin alcanzamos la falda del pico. Ahora sólo quedaba hacer un último esfuerzo y subir.

Al menos fue un esfuerzo bien amenizado, con la observación de un águila real, varios buitres leonados, acentores, zorzales charlos, cuervos y mucha chova piquirroja, con alguna piquigualda de por medio.

Buitres leonados

Acentor común

Zorzal charlo

Cuervo

Chovas piquirrojas

De este modo al fin tocamos cumbre, donde nos esperaban un montón de vacas.

Y las vistas soberbias... Mereció la pena todo el esfuerzo.

Pero aquí no terminó todo, pues mientras bajaba corriendo por la ladera me crucé con lo que más ilusión me hizo de todo el fin de semana:

La mariposa apolo, un tesoro de alta montaña.

Apolo

Y ahora sí que termino. Hoy me despediré con una especialidad de estas altas tierras cántabras, las vacas tudancas... ¡Guapas como ninguna otra!