Subir al Monte Candina con Carlos Rossi para observar buitres es algo que ya se ha convertido en un clásico del verano. Este año además hemos podido gozar de una jornada completamente despejada y con una luz excepcional.
Vistas desde el Monte Candina
El sol no fue la única novedad, pues en esta ocasión compartimos la sesión fotográfica en compañía de nuestros amigos Ramón y Silvia.
Carlos, Silvia y Ramón
Llegamos temprano al punto clave para ver a los buitres, pero en lugar de exhibirse volando frente a nosotros los encontramos holgazaneando en la parte de abajo, junto al borde del acantilado, sin ninguna clase de prisa por empezar a moverse...
Buitres leonados
...aunque cierto es que uno de los jóvenes se nos puso a huevo.
Buitre leonado
Mientras los carroñeros se desperezaban nosotros nos entretuvimos con otras especies, como los cernícalos o las agilísimas chovas piquigualdas.
Cernícalo vulgar
Chovas piquigualdas
Pero al fin (tras mucho esperar, eso sí) los buitres echaron a volar, y en pocos minutos ya los teníamos circleando a nuestro mismo nivel...
Buitres leonados
Como se les ocurriese utilizar alguno de los posaderos aquerenciados por las gaviotas ya se podían preparar, pues no tardarían en tener que agachar la cabeza y aguantar el acoso y las pasadas de las incansables patiamarillas...
Buitre leonado
Gaviota patiamarilla pegándole pasadas a un buitre
Gaviota patiamarilla regocijándose de su victoria
Al mediodía ya habíamos tenido buena sesión de buitres, pero nos quedamos hasta bien entrada la tarde a la espera de que apareciesen los alimoches, que en esta ocasión se hicieron de rogar... Mientras tanto, bocadillo y a descansar.
Lazy mode: ON
La espera dio sus frutos y finalmente logramos disfrutar de algún que otro ejemplar. Estos bichos sobre el mar sorprenden casi más que los propios leonados...
Alimoches
Y con el broche de los alimoches le pusimos punto y final a la salida...
¡Hasta que repitamos el año que viene!
Playa de Sonabia
Aquí barro para casa, Candina de lo mejor, lo mejor. Un saludo desde Castro.
ResponderEliminarÉsta te tenía que gustar, que es bien cerca de Castro jejeje.
EliminarSaludos
Qué preciosas fotos Alberto!!! me ha encantado la entrada y he vuelto a revivir el magnífico día que pasamos. Lo bueno es que no he tenido que volver a subir el monte...jajaja. Merece la pena ver a los buitres sobrevolar el mar. Todo un espectáculo. Gracias por enseñarnos estos sitios únicos. El año que viene volvemos. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Silvia jeje.
EliminarSubir siempre merece la pena, el paisaje es tremendo y los buitres se portan de miedo.
Se ve que te gustó de verdad porque estás dispuesta a volver a sufrir la subida, aun sabiendo ya dónde está la verdadera mitad del camino jajajaja.
Saludos
Hola Alberto. Sabes que estoy apartado de los blogs pero Silvia me ha dicho que viera tu entrada.
ResponderEliminarFue un día inolvidable, gracias por enseñarnos esos lugares únicos. Las fotos son un pasote!!!!.
A ver si te animas y este otoño, invierno o primavera te vienes con nosotros a Extremadura a ver grullitas.
Un abrazo! !!!
De nada hombre, si al final con vuestra compañía el que sale ganando soy yo ;)
EliminarAy esas grullas extremeñas... Ganas no me faltan, pero claro esto depende de más cosas. Bueno, queda pendiente! Jeje
Saludos
Por lo menos esta vez no salgo diciendo palabrotas en un vídeo, jajajaja.
ResponderEliminarEchamos muy buen día, sin nubes aguafiestas esta vez y en grupo.
También tendrás muchas grullas cuando puedas ir a Sevilla, con los flamencos, espátulas, cigüeñas negras y demás, no digo más... jaja.
¡Saludos!
Pero no sales porque no hay vídeo que si no... Jajaja... porque con las gaviotas y esa encina mal colocada tampoco faltaron palabrotas esta vez jajaja.
ResponderEliminar"No digo más" dice l, me vendes tu zona como yo te vendo mi pueblo jaja. Si hombre, esos sitios sí que tendré que conocerlos un día de estos...
Saludos