Continuo con la crónica de mi viaje a Salamanca, y lo hago en una zona que había visto muchas veces en el blog de Miguel y que ya tenía ganas de conocer en persona: el entorno del Puente Mocho.
Esa mañana no me llevé ninguna especie nueva, pero para un norteño como yo siempre es un placer estar rodeado de abubillas, abejarucos, golondrinas dáuricas, currucas mirlonas y otras especies "exóticas", además de lagartijas colilargas y paisajes adehesados imposibles de encontrar en Cantabria.
Rana común
Herrerillo común
Lagartija colilarga
Escribano soteño (hembra)
Abejaruco europeo
Milano negro
Pollo de ruiseñor común
Cuando llegamos de nuevo a Ledesma caminamos río abajo y nos encontramos con un par de gorriones molineros, a los que pude sacar alguna foto.
Gorrión molinero
Y esa noche hicimos una pequeña salida nocturna. Nos cruzamos con un par de conejos y con un erizo en medio de la carretera. Como estaba en zona peligrosa lo cogimos para dejarlo en un lugar más seguro.
Conejo
Erizo europeo
La mañana siguiente estuvo muy bien. Nos desplazamos hasta la Peña de Francia en busca de dos reptiles muy peculiares.
El primero de estos reptiles fue el más especial. Se trata de la lagartija de la Peña de Francia o batueca, una especie endémica de este lugar.
Lagartija batueca
El otro reptil fue la víbora hocicuda, a la cual también encontramos, pero se quedó sin fotos al ocultarse rápidamente entre la maleza, aunque pudimos seguir escuchando sus bufidos desde el interior del denso matorral.
Después subimos hasta la cima, y allí nos topamos con unas cuantas cabras montesas. Otra novedad para mí, y además bastante confiadas.
Cabras montesas
En lo más alto de la peña hay un repetidor en el cual hay hubicada una colonia de vencejos pálidos, todo un entretenimiento para nosotros.
Vencejos pálidos
Y por los alrededores, cuervos, aviones roqueros y acentores...
Cuervos
Aviones roqueros
Acentor común
Por la tarde fuimos a un pueblo del sur de Zamora donde pasaríamos la noche.
Cogujada común
Cuando el sol comenzó a ponerse nos acercamos a una charca que tiene controlada Miguel donde todos los días acuden a beber los escribanos hortelanos. Ésta es otra de las especies nuevas que me llevé, y además fue un placer ver tantos ejemplares y con tantos plumajes distintos, siendo los machos adultos los más guapos del lugar.
Escribano hortelano (hembra) y cogujada común
Escribano hortelano (joven)
Escribano hortelano (hembra)
Escribano hortelano (machos)
Cuando nos metimos en la cama, una lechuza se encargó de darnos las buenas noches, recordándonos que los días de pajareo en Castilla aún no habían terminado. La próxima entrega ya será la última de mis días por Salamanca, igualmente cargada de buenos momentos y grandes observaciones. Esta entrada por su parte la despido con una tórtola europea al atardecer.
Tórtola europea
¡Que bonitos los 'hortelanos'! Y qué bien se os portaron 'la martinezricai' y 'la montés'.
ResponderEliminarDe tu crónica se desprende que no habéis dejado rincón por escudriñar de la tierra salmantina.
A ver qué más nos enseñas en esa última entrega.
Un saludo de 'Ojolince y sra.'
Además de verlo todo es que la mayoría se dejó ver y fotografiar muy bien. Como dices casi que no hemos dejado rincón de Salamanca por escudriñar, es lo que tiene ir con alguien que conoce la zona a la perfección.
EliminarSaludos
A ver si en otra ocasión podemos localizar las perdiceras, el picogordo o el buho chico..
ResponderEliminarsalu2