Hace casi dos semanas César Díez y José María Ayuela se pasaron por el Cantábrico y me animé a darme una vuelta con ellos. Tras un breve recorrido por Santander en el que pudimos disfrutar de colimo ártico y serretas medianas nos dirigimos a Santoña, donde pasaríamos el resto de la tarde.
El Sorbal
Comenzamos echándole un ojo a las charcas del Sorbal, donde buscamos sin éxito al famoso porrón bola que parece habernos abandonado ya... Sin embargo no fue en vano, pues nos deleitarnos con multitud de otras especies tales como la icónica focha leucística o el pato colorado que lleva una temporada por la zona.
Focha común (Fulica atra), leucística
Pato colorado (Netta rufina)
Porrón europeo (Aythya ferina)
Porrones moñudos (Aythya fuligula)
Gaviotas cabecinegras (Ichthyaetus melanocephalus)
En la marisma de Bengoa dimos con varias espátulas y entre ellas otro de los protagonistas de esta temporada invernal: el ibis sagrado.
Espátulas comunes (Platalea leucorodia)
Ibis sagrado (Threskiornis aethiopicus)
Más tarde nos dirigimos a la plaza de toros de Santoña. Una vez en su interior realizamos una larga espera con la esperanza de ver algún bisbita costero, pero al no presentarse ninguno salimos a echarle un vistazo al puerto pesquero que por algún motivo se encontraba abarrotado de gaviotas en esos momentos.
Puerto pesquero de Santoña
Gaviota argéntea (Larus argentatus)
Las gaviotas se apelotonaban en el borde del muelle mirando hacia el agua donde pescaban activamente los cormoranes, y cuando alguno lograba sacar algún pez a la superficie se abalanzaban ferozmente sobre él para intentar usurpárselo.
En el vídeo veréis que de hecho casi lo consiguen, pero el cormorán finalmente logra recuperarlo contra todo pronóstico.
Gaviotas intentando arrebatarles un pez a los Cormoranes
Minutos después varios operarios de la lonja arrojaron numerosas piezas de pescado sobre el muelle, algo que las enloqueció a todas... ¡Un desmadre!
Gaviotas (Larus sp.) en la lonja de Santoña
Rematamos el día en el observatorio de La Arenilla. Aquí nos encontramos con el archiconocido macho de eider que ya lleva varios años entre nosotros.
Parece que las 10 hembras que actualmente merodean por el estuario no son un estímulo suficiente como para renunciar a sus costumbres, y durante la pleamar se separa de ellas para descansar en su islote favorito... Con suerte este puede ser el invierno en el que finalmente se desperece y nos abandone para cumplir con sus "obligaciones biológicas" en tierras más norteñas.
Eider común (Somateria mollissima), macho
Ya de vuelta desde la carretera, la estampa de las barnaclas carinegras volando en la lejanía frente a Laredo nos daba la despedida...
Barnaclas carinegras (Branta bernicla)
Y nada más que contar...
¡Espero que os haya gustado!
Breve pero magníficamente aprovechada. Que maravilla de sitio. Un saludo.
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