A comienzos de mes realicé un viaje a Islandia en compañía de dos buenos amigos. No fue para nada un viaje ornitológico, tan sólo turístico, pero a pesar de ello pudo compaginarse con la observación de las pocas aves que por estas fechas quedan en el país... nada que ver con lo que debe ofrecer en el periodo estival.
Islandia
Si hubiese que empezar por alguna especie el cisne cantor sería sin duda un buen ejemplo, encontrándolo con relativa frecuencia tanto en pequeños grupos familiares como agrupados en grandes concentraciones.
Cisnes cantores (Cygnus cygnus)
Llegamos a verlos compartiendo pasto con los gansos, entre los que no costó demasiado distinguir varios ánsares caretos.
Cisnes cantores (Cygnus cygnus) y Ánsares comunes (Anser anser)
Ánsares caretos (Anser albifrons)
El pardillo sizerín fue otra especie que resultó puntualmente abundante. En Islandia hay pocos árboles más allá de los abedules, por lo que ahora me resulta más fácil entender la fijación hacia esta planta por parte de los individuos que de vez en cuando se dejan ver por nuestro país...
Pardillos sizerines (Carduelis flammea)
El Parque Nacional de Thingvellir fue una parada obligatoria. Por estas fechas lo encontramos muy desolado, pero a pesar de ello un chochín común de la famosa subespecie islandesa (el único del viaje) decidió aparecer de la nada para posar ante la cámara y de paso animar el cotarro.
P.N. de Thingvellir
Chochín común islándico (Troglodytes troglodytes islandicus)
Bajo las aguas del Thingvallavatn se distinguían las gigantescas siluetas de lo que resultaron ser truchas comunes, siendo las de esta zona muy conocidas por superar sin dificultad los 9kg de peso... ¡Auténticos tiburones de agua dulce!
Truchas comunes (Salmo trutta)
Por suerte decidí llevarme la cámara sumergible al viaje y gracias a ello pude sacarles un vídeo subacuático a estos monstruos.
Truchas comunes (Salmo trutta), VÍDEO
Los zorzales alirrojos tal vez sean los reyes y señores del país en cuanto a números se refiere, siendo muy abundantes en todo tipo de hábitats y entornos. Siempre muy confiados, llegando incluso a comer de la mano de la gente.
Zorzales alirrojos (Turdus iliacus)
Este parque nacional supone una de las paradas más señaladas del denominado "Círculo Dorado", que también incluye otros enclaves de gran interés natural como multitud de espectaculares cascadas, cráteres, géiseres, etc.
Gullfoss
De camino a la costa encontramos no pocas serretas medianas en uno de los embalses, y ya una vez en la localidad de Eyrarbakki volvimos a ver algunas más, además de eideres comunes, gaviotas polares y unas barnaclas carinegras.
Serretas medianas (Mergus serrator)
Eideres comunes (Somateria mollissima)
Barnaclas carinegras (Branta bernicla)
Las horas de luz se desplomaban rápidamente y todavía había que coger un ferry a nuestro próximo destino: las Islas Vestman. En el embarcadero los eideres y colimbos chicos fueron los encargados de despedirnos antes de partir, y a su vez las auroras boreales hicieron lo propio antes de llegar a destino.
Eideres comunes (Somateria mollissima)
Colimbo chico (Gavia stellata)
La mañana siguiente estuvo plenamente dedicada a recorrer Heimaey (la única isla de las Vestman habitada), sin olvidarnos de hacer cima en el más alto de sus volcanes y patear sus soberbios acantilados marinos.
Cima del volcán Helgafell, en Heimaey
Roca del Elefante
Fulmares boreales (Fulmarus glacialis)
Las Vestman son archiconocidas por sus espectaculares colonias de álcidos, y más concretamente de frailecillos. En octubre obviamente ya quedaba poco de eso que ver, pero sin embargo algunos de los araos aliblancos todavía permanecían por la zona y me permitieron deleitarme con ellos en el embarcadero del pueblo.
Araos aliblancos (Cepphus grylle)
En esta ocasión tampoco perdí la oportunidad de grabar unos vídeos. En el primero aparece un ejemplar aseándose a conciencia, y en el segundo otro capturando lo que parece ser un pequeño bacalao (o pariente próximo).
Araos aliblancos (Cepphus grylle), VÍDEOS
Tampoco faltaron gaviotas polares, gaviones hiperbóreos y gaviotas canas antes de abandonar el archipiélago de forma definitiva.
Gaviotas polares (Larus glaucoides)
Gavión hiperbóreo (Larus hyperboreus)
¡Islandia a la vista!
De vuelta en la Islandia "continental" retomamos el viaje visitando sus playas negras, más cascadas y por supuesto parajes de actividad geotérmica...
Playa negra de Vik
Skógafoss
Paraje geotérmicamente activo
En uno de los múltiples cursos de agua pude distinguir a la única y lejanísima serreta grande de todo el viaje.
Serreta grande (Mergus merganser)
A medida que nos desplazábamos hacia el este las praderías fueron siendo reemplazadas por un paisaje cada vez más abrupto y claramente volcánico. Dicho entorno supuso un escenario inmejorable para edulcorar la ya de por sí fabulosa observación de un bando de barnaclas cariblancas.
Por su parte la búsqueda activa de rapaces concluyó tan sólo con dos esmerejones, fracasando en el intento de dar con algún halcón gerifalte.
Barnaclas cariblancas (Branta leucopsis)
El viaje alcanzó su máximo exponente en el lago Jökulsárlón, donde los icebergs desprendidos del glaciar Breiðamerkurjökull suponen la principal atracción turística. Nosotros además habíamos reservado un recorrido en zodiac que nos permitió disfrutarlo todavía más.
Aquí las focas fueron las grandes estrellas, en especial las focas grises, muy abundantes y confiadas que llegaron incluso a acercarse curiosas a la embarcación. Aún así el premio se lo llevó la foca ocelada, y más concretamente un ejemplar de buen tamaño que descansaba sobre un bloque de hielo.
Focas grises (Halichoerus grypus)
Foca ocelada (Pusa hispida)
Aquella noche recorrimos 380 km de vuelta a Reikiavik. Mi despertador sonó a las 5:00am y antes del amanecer me alejé de la ciudad en coche siguiendo la costa hacia el norte... Ésta era mi última oportunidad para intentar dar con algún pato arlequín y tenía que aprovecharla bien. Me detuve en el primer sitio adecuado para aparcar que encontré junto a la carretera y esperé pacientemente la salida del sol para poder empezar a ver algo.
Ya con el primer albor me llevé una sorpresa mayúscula al distinguir mi primer ejemplar, que no tardó en dar paso a un buen bando de machos acosando sin descanso a unas pocas hembras. Resultó muy entretenido e incluso divertido ver cómo se apelotonaban detrás de ellas, como si fuesen críos dándose codazos.
Patos arlequines (Histrionicus histrionicus)
Patos arlequines (Histrionicus histrionicus), VÍDEO
Patos arlequines (Histrionicus histrionicus)
Ya en Reikiavik me acerqué al estanque de su parque central, donde hacía un mes se había citado una pareja del porrones islándicos. Por desgracia no hubo suerte con ellos, aunque no faltaron cisnes cantores, gaviotas y patos de todo tipo e incluso un grupo de gansos que sobrevolaban la capital y descendieron para beber, regalándome de paso un ánsar piquicorto que los acompañaba.
Reikiavik
Por último, un recorrido por el paseo marítimo de la ciudad nos deparó más serretas, eideres y también buenos números de patos havelda.
Patos havelda (Clangula hyemalis)
Con ésto doy por concluida la entrada. Sin duda merecerá mucho la pena realizar un viaje ornitológico a Islandia en el futuro (en la época adecuada por supuesto), pues el potencial que ha demostrado tan sólo visitándola de refilón ya es enorme.
Hasta entonces me limitaré al pajareo ibérico que tampoco está nada mal jeje...
¡Gracias por visitar el blog!
Que pasada de viaje, ya me das envidia ahora, imagínate si fuera en primavera...jeje
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Gonzalo ;)
EliminarUn saludo
¡Bueno, ya sabes qué compañero te puedes llevar al viaje ornitológico serio!
ResponderEliminarPor supuesto, no dudes que volverías a ser el primero a quien se lo propondría!
EliminarYo me apunto Alberto.
ResponderEliminarExtraordinario viaje y entrada.
Un saludo desde León
Hola Alberto.. Espectacular!!!.. Muy bonita imágenes..
ResponderEliminarUn saludo
Imagino lo que habéis disfrutado este viaje. Los lugares son espectaculares y variadas las especies que has fotografiado. Todo muy interesante.
ResponderEliminarUn saludo
Mecagüen qué envidia, menudos viajes que pegas. Menos mal que no era ornitológico, jejeje. Me ha encantado el reportaje Alberto, enhorabuena por las fotos. Un abrazo desde Castro.
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