Vegas y páramos de Aguilar...

Ya hace casi un mes que volví de León, y desde entonces las salidas al campo no han cesado. Por lo tanto ya va tocando ponerse al día.

La primera de ellas fue a Aguilar de Campóo, cómo no. Mi idea era intentar ver algunas especies que aunque no eran bimbos aún no tenía vistas en la zona.

Ello supuso explorar un ambiente poco o nada frecuentado por mí, las vegas y los cultivos de Aguilar (yo siempre soy más de tirar al monte).

Fui con mi padre y contamos con la compañía de nuestros amigos Juan Aguado y su mujer, quienes se conocen este lugar como la palma de su mano.

Para ser julio el día fue especialmente frío y ventoso, por lo que las expectativas no eran precisamente altas...

Collalba gris (Oenanthe oenanthe)

Pardillo común (Carduelis cannabina)

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)

El primero de los objetivos eran las currucas tomilleras, ya que quería tenerlas fichadas para futuras visitas.

Se hicieron de rogar, pero al final conseguimos dar con dos parejas distintas, ambas a menos de 1 km a pié desde la propia Aguilar.

Currucas tomilleras (Sylvia conspicillata)

Tras las tomilleras llegó el turno de las tarabillas norteñas, buscándolas en una pequeña plantación de jóvenes pinos próxima a la villa.

La suerte estuvo de nuestra parte y logramos dar con un nutrido grupo familiar.

La única lástima es que, al igual que las currucas, ya habían perdido las intensas tonalidades del plumaje propias de la primavera.

Tarabilla norteña (Saxicola rubetra), macho

Tarabilla norteña (Saxicola rubetra), hembra

Tarabilla norteña (Saxicola rubetra), joven

Tarabilla norteña (Saxicola rubetra), machos

Para nada fueron lo único en dejarse ver...

Tarabilla común (Saxicola torquatus)

Collalba gris (Oenanthe oenanthe)

Águila calzada (Hieraaetus pennatus)

Nos despedimos de nuestros amigos por unas horas, y nos acercamos hasta un tramo del río Camesa donde supuestamente habitan los únicos carriceros tordales de toda la comarca (aunque en algún otro lugar tiene que haberlos).

Vimos varios ejemplares, aunque poder fotografiarlos fue otro cantar.

Hogar del Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus)

Elegimos comer en Barrio de San Pedro, con fabulosas vistas a la cola del embalse, donde lo más llamativo en dejarse ver fueron un par de espátulas.

Espátulas comunes (Platalea leucorodia)

Milano negro (Milvus migrans) y Aguilucho cenizo (Circus pygargus)

Estuvimos un buen rato buscando terreras y calandrias, aláudidos escasos por aquí, pero como no aparecieron nos dedicamos a las mariposas.

Mediolutos ibéricas (Melanargia lachesis)

Lobito listado (Pyronia bathseba)

Velludita de fimbria oscura (Agrodiaetus ripartii)

Esta corza con su cría nos dio un buen susto...

Corzos (Capreolus capreolus), hembra con su corcino

Y en el propio pueblo no faltaron gorriones chillones y acentores.

Gorrión chillón (Petronia petronia)

Acentor común (Prunella modularis), joven

El atardecer se aproximaba, y quise intentarlo con los vencejos reales y las golondrinas dáuricas en el Cañón de la Horadada.

Los primeros fallaron, pero sí se dejó ver una dáurica. Parece que la especie finalmente se está asentando con fuerza en la comarca.

Cañón de la Horadada

Poco vimos más allá de lo habitual... El frío y el viento no nos permitieron permanecer allí por mucho tiempo.

Grajillas (Corvus monedula)

Buitres leonados (Gyps fulvus)

Con las últimas luces volvimos a reunirnos con nuestros amigos para buscar alcaravanes en una zona de páramos donde teníamos constancia de su reproducción. No hubo suerte con ellos, aunque alondras, currucas zarceras e incluso un alcaudón real hicieron acto de presencia para compensar.

Buscando alcaravanes...

Alondra común (Alauda arvensis)

Curruca zarcera (Sylvia communis)

Para los alcaravanes habrá que seguir intentándolo, pero por el momento me despido con esta imagen... ¡Espero que os haya gustado!