Continuando con lo que ya anunciaba en la entrada anterior, el sábado 25 nos dirigimos a las Arribes del Duero con un objetivo claro, el mismo que nos falló el pasado verano y al que tenía especiales ganas: el águila perdicera.
Parecía que iba a ser una labor complicada, pero al poco rato de empezar a buscar Miguel descubrió a la ansiada rapaz posada en una torreta eléctrica.
Águila perdicera
No tardó en levantar el vuelo, alejándose volando directa hacia unos riscos donde fue a posarse... ¡con otro águila perdicera! ¡La pareja!
Águilas perdiceras
Pero aquí no quedó la cosa, pues tras unos breves minutos haciéndose compañía la pareja se puso a copular. ¡Objetivo más que cumplido!
Águilas perdiceras copulando
Ahora tocaba buscar el sitio donde comer. Miguel ya lo tenía claro, y de camino nos topamos con un bando de escandalosos rabilargos.
Rabilargos
Tras una ruta en la que vimos escribanos montesinos, picogordos, palomas bravías y demás fauna local, llegamos a donde teníamos pensado almorzar: junto a un barranco y frente a una gran pared rocosa que tenía muy buena pinta.
La cercana presencia de este buitre nos hizo compañía todo el rato...
Buitre leonado
De repente, un pequeño pájaro se dejó caer desde la parte alta y revoloteó unos segundos cual mariposa antes de volverse a posar sobre la roca vertical.
¡Un treparriscos! Si hubo alguna observación inesperada fue sin duda ésta.
Treparriscos
Treparriscos
Treparriscos
Aún no lo habíamos asimilado cuando nos pasó volando por encima un ejemplar adulto de águila real... ¡Así no hay quien coma el bocadillo tranquilo, jeje!
Águila real
Una vez que acabamos nos pusimos de nuevo en marcha para terminar la ruta.
Entre la fauna más menuda encontramos a este pequeño alacrán y varias lagartijas ibéricas, muy activas gracias a los 19ºC que llegamos a alcanzar.
Alacrán
Lagartijas ibéricas
Terminamos por las Arribes con más vistas espectaculares y con numerosos buitres leonados que ya se encontraban incubando en sus respectivos nidos.
Buitre leonado incubando
En el camino de vuelta a Salamanca paramos en la presa de Almendra por si veíamos a los halcones peregrinos en la caja nido. No fue así, pero había varios buitres en el lugar que se dejaron sacar francamente bien.
Presa de Almendra
Buitres leonados
Se puso el Sol, y cuando parecía que la jornada no podía dar más de sí hicimos una última parada en unas ruinas cerca de Ledesma.
Cuando la oscuridad se hizo total pudimos escuchar una pareja de cárabos en la lejanía, que cada vez sonaban más cerca hasta que finalmente les teníamos encima, volando a nuestro alrededor a la vez que reclamaban furiosamente. La verdad es que daban auténtico miedo, y nos metimos en una casa abandonada hasta que se les pasó la mala uva (pues ya conocemos la fama que tienen estos bichos), y lo mismo que nosotros hizo esta aterrorizada hembra de colirrojo.
Colirrojo tizón, ocultándose de los cárabos
Un espectacular cielo estrellado y el canto de los sapos parteros complementaron la noche, ya de por sí especial por la inquietante presencia de los cárabos.
En fin, una jornada redonda de principio a fin. Y nada mejor que lo del día siguiente para rematar el fin de semana, pero eso ya mejor lo dejaré para la próxima entrada... Hasta entonces espero que ésta os haya gustado.
Joder ,,,Perdiceras , jamas he visto unas! y ademas copulando.
ResponderEliminarcuidadin con el Carabo que os deja tuertos!!
Saludos camperos!
Pues cuando las veas fliparás!
EliminarY con los cárabos sí, hay que tener ojito...
Saludos
Jornada memorable la que relatas y acompañas con magnífica muestra gráfica.
ResponderEliminar¡Qué pasada esas perdiceras, qué bellezones! Y ¡Comer junto al treparriscos, qué lujazo! Menos mal que sois hombres de recursos y pudísteis escabulliros del malhumorado cárabo.
Un saludo de 'Ojolince y Sra.'
Si, la verdad es que si cada momento por separado ya es la leche, vivido todo junto en un mismo día lo hace memorable.
EliminarSaludos
Completísimo. El cartel es de los que parece que los ponen para que se te haga la boca agua con los pajarracos, pero encima veis también al treparriscos (menos mal que este verano por fin lo vi).
ResponderEliminarNo me extraña que aparezca como uno de los mejores lugares de pajareo de España.
¡Saludos!
En verano puede que se vea menos por el calorazo. Pero ahora, con temperatura agradable y las águilas en celo... buff. Un buen sitio de pajareo, ya te digo yo que si.
EliminarSaludos
Jolín, eso es suerte, perdiceras y dándole a las hormonas. Irrepetible.
ResponderEliminarGracias. Momentazo inolvidable..
EliminarSaludos
Zona espectacular, preciosa y llena de vida. Enhorabuena por el buen ojo que tenéis. Un saludo.
ResponderEliminarJeje, gracias.
EliminarSaludos
Puffff perdiceras, rabilargos, treparriscos...Que gozada!!!
ResponderEliminarEn Raos hoy un arao, dos alcas y 7 colimbos.
Salu2
Javi
Especies mediterráneas que tanto nos gustan a los norteños como nosotros, jeje.
EliminarYo araos aún no he visto este invierno, tengo que ponerme a ellos...
Saludos
A este paso le váis a quitar el puesto a Carlos!!.
ResponderEliminarImpresionante salida, lo debísteis pasar de lujo.
Me encanta la foto de cabecera del blog.
Un abrazo!!
Buff, no creo que lleguemos a tanto, el maestro de las rapaces es indestronable! Jeje
EliminarLa verdad es que sí que lo pasamos de miedo, el día fue una pasada de principio a fin.
Saludos