Buscando al pechiazul

No hace mucho me documenté de que en un lugar no lejos de mi pueblo (en la montaña palentina) podría ver al pechiazul, y el otro día, aunque solo fuese un par de horas, me escapé un rato en su búsqueda.

El sitio era típico de alta montaña con amplias zonas de matorral, y cuanto más se subía iban apareciendo numerosas afloraciones rocosas donde poder encontrar al roquero rojo, pero no le localicé ni a él ni al ansiado pechiazul.

Sin embargo la cosa estuvo bastante entretenida con los demás pajarillos. En primer lugar una collalba gris, la segunda de este año para mí, y un numeroso grupo de escribanos cerillos cantando y alimentándose en el suelo.

Escribano cerillo

No podía faltar flora típica de alta montaña.

Gentiana verna

El ascenso continuó hasta que se acabó la carretera.

Ya en las cumbres se dejaron ver colirrojos tizones, acentores, escribanos montesinos, buitres, chovas y algún cuervo. Como dato curioso me pareció escuchar el canto de un mirlo capiblanco.

Acentor común

Escribano montesino

A esta altitud los acentores recurren a escarbar en las boñigas de los caballos en busca de determinados insectos, como larvas de mosca y escarabajos, de los cuales alimentarse.

Acentor común buscando insectos entre los excrementos

En la bajada alguna tarabilla y poca cosa más...

Tarabilla común

Para acabar una foto de las vistas de Castilla y León de las que disfruté desde uno de los puntos más altos de la montaña palentina. Como se aprecia no fue un día muy soleado, y llegó a llover e incluso nevar algo.

El pechiazul no apareció, pero me ha gustado tanto esta zona, nueva para mí, que lo volveré a intentar otro día con más tiempo y calma.