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domingo, 21 de junio de 2015

Ascensión primaveral al Pico Montihuero

En mayo por fin se retiró la mayor parte de la nieve y la montaña lucía de vida y color, algo que todos los amantes de las alturas ansiábamos desde hace tiempo.
Por ello aproveché en compañía de varios amigos para subir al Pico Montihuero, lo cual implicaba pasar por la Laguna de las Verdes, enclave que ya ha aparecido varias veces en este blog (y espero que cada vez sean más).

Escribano montesino

Llegamos más o menos temprano a Torre de Babia para desde allí proseguir con el habitual camino hacia la laguna, por aquel entonces con campos repletos de orquídeas y multitud de pajarillos que le ponían la nota de sonido a la caminata.

Curruca zarcera

Escribano cerillo

Entre la gran variedad de invertebrados que se nos cruzaron en la pista destacó esta inconfundible oruga de mariposa apolo (Parnassius apollo).

Oruga de mariposa apolo

Ya cerca de la laguna los farallones calizos no dejan indiferente a nadie, y lo mismo hay que decir de los meandros de aguas cristalinas que hay a sus pies.
En esta zona encontramos a las dos lagartijas más representativas del lugar, la lagartija serrana y la lagartija de turbera.



Cuervo común




Lagartijas serranas


Lagartijas de turbera

Una vez terminada la ruta, que no tiene mayor dificultad que la de seguir un sendero, llegamos a la Laguna de las Verdes. Y como el día acompañaba nos dimos un rapidísimo chapuzón en sus gélidas aguas para combatir el calor...

Laguna de las Verdes

La laguna se encuentra en la base del propio Montihuero.
Entre los anfibios que la habitan nos encontramos con ranas bermejas, ranitas de San Antonio y sapos parteros (esta vez fallaron los tritones).
Otras menos simpáticas fueron las sanguijuelas, bastante grandes por cierto, que en sólo un instante pasaban de rechonchas a planas para nadar mejor.

Espadaña del Montihuero, y Laguna de las Verdes

Laguna de las Verdes


Ranas bermejas

Ranita de San Antonio


Sapos parteros comunes


Sanguijuelas

Laguna de las Verdes

A partir de este punto es cuando la cosa se pone difícil, pues toca subir por un canchal conocido como El Canalón, comprendido entre la Aguja de las Coloradas y la propia Espadaña del Montihuero. Chovas piquigualdas, buitres, algún acentor alpino y un gran repertorio de flora de montaña amenizaron la subida.

Subiendo por El Canalón, con la laguna al fondo

Aguja de las Coloradas



Chovas piquigualdas

Buitre leonado

Pulsatilla sp.

Gentiana verna

Una vez en la cumbre (a 2180 metros de altitud) quedamos sobrecogidos por las vistas, realmente soberbias, alcanzando incluso a ver cimas tan conocidas y atractivas como lo es Peña Ubiña, montaña a la que tenemos muchísimo cariño.

El grupo en la cima del Pico Montihuero (2180 msnm)

Yo en la cima del Pico Montihuero

Vistas desde la cima del Montihuero

El Siete (izq.), Peña Ubiña (centro) y Ubiña Pequeña (dech.)

Vistas desde el Pico Montihuero

Antes de ponernos de nuevo en marcha hicieron aparición una hembra de rebeco con su recental, y estuvimos observándolos hasta que se marcharon.


Rebeco cantábrico

Durante la bajada disfrutamos de lo lindo con lo que para mí es uno de los grandes espectáculos de la alta montaña: el celo del bisbita alpino.
Éste incluye el vuelo con caída en paracaídas (que comparte con otros bisbitas, aláudidos, algunas currucas o incluso el roquero rojo) combinado con el canto tan particular de los machos, que rápidamente se va acelerando hasta que llega un momento en el que parece que el bicho va a explotar. ¡Algo digno de verse!

Bisbita alpino

Las collalbas grises no llaman tanto la atención, pero ahí están...

Collalba gris

Erythronium dens-canis

Y por si el día no nos había parecido lo suficientemente productivo, lo
rematamos con un par de luciones. ¡Ahora sí!


Lución

¡Como siempre, espero que os haya gustado!

Arroyo procedente del deshielo de los grandes neveros

8 comentarios:

  1. A mi me ha encantado, yo estuve por ahí en diciembre y ni rastro de todos los bichos que nos muestras, habrá que volver. Un saludo

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    1. Pues tienes que venir en esta época, está el sitio que da gusto verlo. Yo el verano pasado sólo por el entorno de la laguna vi treparriscos, gorrión alpino y roquero rojo. Desde luego es un sitio como pocos, bien lo sabes...
      Saludos

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  2. Impresionante el lugar y todos esos animales que has fotografiado.
    Creo que se juntan dos cosas, a parte de que te lo trabajas... también eres un suertudo :) te debe pasar como a mi hija, parece que los animales se os ponen delante.
    Ya me gustaría a mí poder ver esos celos de los bisbitas.

    ¡Enhorabuena Alberto! me parece increíble, con lo joven que eres que ya escribas estas crónicas. ¡Me encantan!

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    1. Jeje Muchísimas gracias Chelo!
      La verdad es que para ver bichos sólo basta con saber dónde y cómo buscar... Y mucha paciencia!
      El celo de los bisbitas seguramente lo disfrutes subiendo en primavera a Alto Campóo, allí es un pájaro abundante...
      Nuevamente gracias por tus halagos ;·)
      Saludos

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  3. ¡Una gozada de ruta y observaciones, Alberto!
    Coincidimos contigo en que el paseo a la la Laguna de las Verdes, en cualquier época del año, es de gran interés; la última vez que pasamos por allí ha sido este invierno con Luis Herrero y Kike Ureta de camino a peña Chana y siempre te quedas con ganas de volver.
    Muy buena la serie de avistamientos de todo tipo y condición. No es de extrañar que la zona esté catalogada de interés y forme parte del programa Trino.
    Además, la cumbre en el Montigüero es un regalo para vista! Enhorabuena por ello y un saludo de 'Ojolince y Sra.'

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    1. Gracias Juanmi, no hace demasiado me enteré que vosotros también conocíais la zona, aunque en realidad raro es el sitio de montaña en el que no hayáis estado...
      Pues si te gustó entonces, tienes que acercarte en primavera. (También he estado alguna vez en verano, pero el paisaje está demasiado seco para mi gusto...)
      Saludos

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  4. Pedazo salida, tiene de todo y encima con paisajazos.
    Los sapos parteros me han dado esquinazo en Siles pese a saber dónde están por sus cantos, los muy malditos se esconden en terraplenes imposibles de escanear. Ah, y muy guapos los luciones.
    ¡Saludos!

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    1. Si, son muy cabrones, y encima a poco que te mueves ya se callan.
      Los luciones hay que decir que no son mérito mío, sino de un amigo de León al que le va mucho el rollo herpetología, jeje
      Saludos

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