Carretonas para dar y tomar

Durante estos últimos días la Marisma Blanca ha servido de refugio a un nutrido grupito de cercetas carretonas que han decidido tomarse un tiempo de descanso tras muchos kilómetros de migración.

Cerceta carretona

Ayer aún continuaban en la laguna, y aunque permanecieron mucho tiempo entre el carrizo debido al fuerte viento que hacía, finalmente perdieron la timidez y se dejaron ver bastante bien.

Pareja de cercetas carretonas

No he podido contarlas a todas, pero tal como comentaron el otro día el número ronda los 8 ejemplares, la mayoría de ellos machos.

Cercetas carretonas

La hembra de aguilucho lagunero que inverna todos los años en la marisma sobrevolaba el humedal en busca de una presa fácil, seguramente algún pato pequeño entre los que pueden incluirse las carretonas.

Me parece maravilloso cómo a pesar de las fuertes rachas de viento consigue mantener ese vuelo tan grácil que caracteriza a la especie.

Aguilucho lagunero (hembra)

Sorpresa a última hora

Últimamente he estado muy ocupado y no he podido salir de pajareo. Ayer por fin fui al pueblo y, aunque sólo fuese un par de horas antes de anochecer, pude quitarme el mono de encima. 

Milano negro

Aunque ya llevan unos días por aquí, hasta ayer no pude ver mi primer milano negro del año (golondrinas no vi ninguna). 

Milano negro

También he podido apreciar un incremento en el número de algunos pajarillos como alondras, totovías, y pardillos, entre otros. Como siempre, bastantes tarabillas y algún acentor se movían por la zona.

Tarabilla común (hembra)

Poco antes de que cayese el día me dispuse a ver si veía algún mochuelo en un nido que tengo localizado cuando, de repente, observo a contraluz posado en la copa de un arbolito la silueta de un ave que me recordó mucho a la de un alcaudón. Me resultó extraño ya que al dorsirrojo, el alcaudón por excelencia de estas latitudes, aún le queda un tiempo para regresar de África. ¿Sería un alcaudón real? Y efectivamente lo era, cosa que me sorprendió mucho por ser un ave poco frecuente en el norte peninsular. 

Alcaudón real

Para algunos resulta habitual, pero a mí me ha hecho mucha ilusión verlo (pues ha sido bimbo) y la sorpresa es doble al haberlo hecho en mi pueblo, donde llevo pajareando desde hace mucho tiempo. Además, poco tiempo después descubrí que se trataba de una pareja, y el macho cambiaba constantemente de posadero mientras emitía un bonito y aflautado canto, por lo que pronto habrá jóvenes alcaudones reales en el lugar. 

El cortejo del peregrino

Mi pareja de halcones peregrinos favorita lleva ya algunas semanas dedicadas a la parada nupcial. Ésta conlleva, en primer lugar, una serie de juegos aéreos (persecuciones, picados...) que ayudan a reforzar el vínculo de la pareja.

Halcones peregrinos en sus vuelos nupciales

El macho cazará presas de las cuales (como se puede apreciar en el siguiente vídeo) sólo devorará la cabeza, para después entregárselas galantemente a la hembra en pleno vuelo.

Macho de halcón peregrino devorando una paloma

Ésta, abrumada  por los continuos obsequios del macho, finalmente le permite copular. Ésta acción se repite cada poco tiempo a lo largo del día para asegurarse de que haya fecundación.

Cópula de halcones peregrinos