miércoles, 4 de abril de 2018

MARRUECOS 2018 (I/V): De Ifrán a Errachidía

Aquí estoy de nuevo, recién llegado del viaje que realicé a Marruecos en compañía de Carlos Rossi y Javier Pérez. Una experiencia de 9 días en la que hemos podido disfrutar de la naturaleza más agreste del país y que procederé a contaros en las siguientes entradas, empezando por ésta.

El primer día el único pajareo que hubo fue el correspondiente a nuestro paso por el Estrecho desde Algeciras a Tánger, con buenas observaciones de págalo parásito, págalo grande, pardelas cenicientas y alcatraces. Una vez en Tánger recogimos el coche (un Dacia Logan) que habíamos alquilado y condujimos hasta la localidad de Ifrán, en el Medio Atlas, donde pasamos la noche.
Al día siguiente nos esperaba mucho frío, viento y una meteorología bastante inestable, pero aun así la ilusión era la propia del primer día y nuestras expectativas se mantenían sobradamente altas. Nuestro primer objetivo sería el pito de Levaillant, pasando de buscarlo en los parques del propio Ifrán para hacerlo directamente en el espectacular bosque de cedros de Azrú.

Bosque de cedros de Azrú

La primera "delicia" con la que nos encontramos aquí fueron los pinzones vulgares de la subespecie africana, seguido de un par de grupos familiares del amenazado macaco de Berbería, que encuentra aquí uno de sus últimos reductos.

Pinzón vulgar norteafricano (Fringilla coelebs africana)

Macacos de Berbería (Macaca sylvanus)

El tiempo empeoraba por momentos y lo único que teníamos del pito de Levaillant eran unos reclamos lejanos. Sin embargo la suerte se puso de nuestro lado y tras una larga e intensa búsqueda conseguimos dar con un ejemplar.


Pito de Levaillant (Picus vaillantii)

La lluvia, la nieve y, sobretodo, el fortísimo y gélido viento que sufrimos en el bosque de cedros nos acompañaron durante el resto del día mientras nos desplazábamos hacia el sur. La primera parada de rigor la hicimos en el Lago Aguelmane Sidi Ali, siendo las tierras encharcadas de sus alrededores (visibles desde la carretera principal) uno de los mejores enclaves para la observación de tarro canelo. Ya en el lago propiamente buscamos fochas morunas entre las comunes y nos deleitamos con varias cercetas pardillas, además de con el primer ejemplar de alondra cornuda del Atlas del viaje.



Tarro canelo (Tadorna ferruginea)


Tarro canelo (Tadorna ferruginea)

Tarro canelo (Tadorna ferruginea)

Lago Aguelmane Sidi Ali

Cercetas pardillas (Marmaronetta angustirostris)

Alondra cornuda del Atlas (Eremophila alpestris)

Dejamos la montaña atrás y nos introdujimos en terreno árido, pero el abrigo seguía siendo muy necesario. Al sur de Zaida visitamos otro lugar de referencia, el Plateau de l'Arid. Las condiciones no nos permitieron disfrutarlo mucho, pero de todas formas nos regaló nuestras primeras collalbas desérticas y culirrojas. Ya antes de llegar a Midelt apareció la única collalba de Seebohm de todo el viaje, especie que en un día favorable hubiésemos visto a patadas.




Collalba desértica (Oenanthe deserti)

Collalba culirroja (Oenanthe moesta)

Collalba de Seebohm (Oenanthe seebohmi)

Volviendo a los macizos montañosos observamos una carraca y multitud de milanos y águilas calzadas remontando exhaustos las laderas a ras de suelo en su migración hacia el norte. Como a Javier le hacía ilusión ver la subespecie africana de piquituerto (poliogyna) decidimos detenernos para comer en uno de los pocos sitios en los que teníamos constancia de su presencia.



Piquituertos comunes norteafricanos (Loxia curvirostra poliogyna)

Cuando definitivamente abandonamos las estribaciones del Atlas el viento y el frío cesaron de repente y al fin pudimos ver pájaros a gusto, siendo nuevamente las collalbas desérticas las protagonistas.


Collalba desértica (Oenanthe deserti)

Con las últimas luces del día realizamos una última parada en las gargantas posteriores al Túnel del Legionario. Las sorpresas aquí fueron nuestro primer colirrojo diademado y también escribano sahariano, además de otras especies que podemos encontrar en España pero que no dejan de estar muy bien, como roqueros solitarios y collalbas negras.



Colirrojo diademado (Phoenicurus moussieri)

Escribano sahariano (Emberiza sahari)

Roquero solitario (Monticola solitarius)

Collalba negra (Oenanthe leucura)


Con nuestra llegada a Errachidía dimos por finalizada esta intensísima jornada. Ahora tocaba descansar y recargar pilas, pues al día siguiente recorreríamos extensos palmerales y cortados donde nos esperaban muchas otras especies nuevas. Pero reservaré todo eso y más para la segunda parte...

¡Hasta entonces!


6 comentarios:

  1. Muy buena e interesante, Alberto. Tengo ganas de continuar con la aventura leyéndote. Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Ernesto. En breve caerá la siguiente ;)
      Un saludo

      Eliminar
  2. Buenísima entrada, que envidia me dais jaja.
    Un saludo y espero las siguientes entradas

    ResponderEliminar
  3. Interesantísimo. Está tan cerca, pero qué poco miramos para Marruecos para buscar bichos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, será nuestro país vecino pero es un mundo completamente distinto!
      Saludos

      Eliminar